Tras el irónico nombre de Colonia Dignidad, se esconden los más infames episodios que, por décadas, permanecieron ocultos tanto en Chile como en Alemania. Esto ocurría mientras cientos de afectados, familiares de los desaparecidos durante la cruenta dictadura de Augusto Pinochet, anhelaban respuestas.
La Colonia Dignidad fue un establecimiento agrario alemán en Chile fundado en 1961. Se ubicaba a las afueras de Santiago, liderado por un siniestro personaje alemán: Paul Schäfer, exmilitar nazi. El soldado llegó al país suramericano huyendo de cargos por pederastia en Alemania. Tras la apariencia de una comuna pacífica, la colonia albergó un centro de tortura y detención clandestino.
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El cineasta Florian Gallenberger investigó el caso por cinco años, realizando diversas visitas al enclave durante ese período.
Producto de ello, surgió la película Colonia Dignidad, protagonizada por Emma Watson y Daniel Brühl, la cual aparece como una fidedigna representación de lo que fue la vida en la colonia. Esta película sirvió como elemento de presión cultural para la desclasificación de los archivos secretos alemanes sobre el caso en 2016:
LA COLONIA DIGNIDAD
Este oscuro establecimiento funcionaba como una especie de campo de concentración al mando de Schäfer. Allí convivían alrededor de 300 ciudadanos alemanes junto a decenas de niños huérfanos chilenos. Los niños eran sometidos a un estricto régimen de silencio, adoctrinamiento y jornadas completas de trabajo forzado. Los habitantes estaban bajo unos estrictos estándares de disciplina y terror psicológico, que los mantenían sumisos y con un comportamiento autómata.
Eran despojados de sus pasaportes y documentos, evitando que huyeran del país, y, como es de esperarse, tenían prohibido abandonar la colonia por elección propia. Aquellos que mostraran las más mínimas señales de rebeldía o intentaban escapar, eran sometidos a grandes descargas de electroshock o eran drogados con potentes psicofármacos. Así lograban doblegarlos y despojarlos de su voluntad. Por su parte, los niños constantemente eran llevados al lecho de Schäfer y sufrían abusos sexuales reiterados por parte de éste.
TORTURAS, ASESINATOS Y LOS VÍNCULOS CON LA DICTADURA CHILENA
La Colonia Dignidad funcionaba como un Estado dentro de otro Estado. Contaba con una enorme central de radio para sus comunicaciones y procesos de espionaje, contaba con arsenales de armas, gran financiación, grandes pistas de aterrizaje, aviones y helicópteros. Todo esto sucedía en la colonia gracias a su cooperación con la policía secreta del dictador Augusto Pinochet, la DINA. Esta unidad policial operaba bajo los más cuestionables métodos en su persecución contra los disidentes y los izquierdistas.
De esta forma la Colonia Dignidad sirvió como el refugio perfecto para sus siniestras operaciones. El aislamiento de la colonia, así como la imposibilidad de sus habitantes para establecer denuncias, hacían del establecimiento la máscara perfecta para encubrir todas sus operaciones ilegales. En el recinto ocurría desde tráfico, tortura, abuso sexual hasta muertes y asesinatos. Para encubrirlo, Schäfer se encargó de crear la imagen de un entorno de paz agrícola y cooperación entre los miembros.
LOS PASADIZOS SECRETOS Y LAS CONSTRUCCIONES SUBTERRÁNEAS
La propiedad contaba con bunkers y elaboradas construcciones subterráneas. Muchas de ellas tenían accesos secretos y compuertas ocultas. Allí se mantenían a los prisioneros aislados, se realizaban torturas e interrogatorios, se fabricaban armas caseras, se escondían maquinarias, armamentos de alto calibre y muchos otros secretos.
LA “CEGUERA” DE LAS AUTORIDADES
Gracias a la indiferencia de las autoridades, esta suerte de fortaleza nazi pudo operar con impunidad por muchos años. Esto principalmente debido a los vínculos de la colonia con las esferas del poder de Pinochet. Sin embargo, esto no pasó sin la complicidad de las autoridades alemanas, quienes hicieron caso omiso al aluvión de denuncias que se recibían en la embajada en Chile.
Alemania pudo haber solicitado la extradición de Schäfer por los cargos de pederastia por los que era solicitado. También pudo haber investigado más a fondo las denuncias que hicieron los pocos que pudieron huir de la colonia o los delatores. Sin embargo, esta siniestra simbiosis nazi-chilena gozó de impunidad y libertad desmedida.
MÁS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS DE LA COLONIA DIGNIDAD
En 2016, el gobierno alemán reveló sus archivos clasificados sobre la Colonia Dignidad, dejando al descubierto cientos de testimonios esclarecedores y denuncias recibidas en la embajada alemana en los años en que la colonia estuvo operativa.
Se confirmaron muchos de los rumores y alegatos que durante años habían rodeado la oscura aura del establecimiento, como por ejemplo el abuso de menores, la cooperación con la dictadura chilena, la posesión ilegal de armas, los asesinatos, torturas y desapariciones forzosas, la reclusión de presos políticos, entre otros.
Sin embargo, muchas preguntas quedaron abiertas: ¿Cuántos fueron los asesinados en la Colonia Dignidad? ¿Cuántas fosas comunes han sido descubiertas en la propiedad? ¿Cuál era la identidad de los desaparecidos? ¿Son ciertos los rumores de participación del servicio secreto alemán en las operaciones de la colonia? ¿De dónde obtenía los fondos millonarios el líder de la colonia? ¿Quiénes fueron los cómplices, ligados a las cúpulas del poder chileno y alemán, que permitieron el contrabando ilegal de armas hacia la colonia?
¿Cuántos culpables por todos los crímenes cometidos en el seno de la Colonia Dignidad quedaron impunes? La desclasificación de los archivos alemanes en 2016 reveló atrocidades inimaginables, horrores que se desconocían hasta ese momento. Pero más inquietud causa el pensar, que muchas de estas respuestas sólo podrán saberse cuando el gobierno alemán decida revelar los archivos ultrasecretos que aún mantiene bajo custodia sobre este caso.
¿Qué motivo habrá detrás de ese recelo? En el mejor de los casos, intereses políticos, en el peor, atrocidades inimaginables, teniendo en cuenta las ya sabidas por el nazismo.
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