La palabra “vampiro” se refiere a una criatura fantástica. Dentro del imaginario tradicional, este ser se levanta de su tumba para succionar la sangre de sus víctimas, y, en el caso femenino, no deja de presentarse con una gran sensualidad (en este caso una sanguinaria condesa). Posee también la habilidad de transmutar hasta convertirse en murciélago, otro ser que se caracteriza por una sed sangrienta.
Como el vampiro, otros demonios se han asociado a figuras femeninas, como el súcubo. Sin embargo, así como existe una relación entre el conde Drácula y Vlad Drăculea, detrás de la figura femenina existe un nexo con hechos reales. En este caso la leyenda comienza con una hermosa mujer llamada Erzsébet Báthory, la sanguinaria condesa. Una de las más grandes asesinas seriales de la historia.
Con más de 650 muertes, además del record guinness de la más grande asesina en la historia de la humanidad, Erzsébet también ganó el título de “La condesa sangrienta”. Lo impactante de esos asesinatos era el móvil de esta condesa: la belleza.
EL TRÁGICO DESTINO DE LAS 650 VICTIMAS
Báthory, era miembro de una de las familias más adineradas en Transilvania y tenía una espeluznante costumbre: beber la sangre de sus víctimas. Además de beberla, también se supo que disfrutaba bañar su cuerpo con ella. Erzsébet hacía estas prácticas, porque tenía la firme creencia de que el líquido mantendría su belleza y su juventud intacta.
Los métodos de la condesa para obtener la sangre de sus víctimas eran considerados macabros. No solo las apuñalaba fríamente para desangrarlas, sino que también aplicaba torturas. Mordía a las personas en distintas partes del cuerpo: en el pecho, las muñecas, la cara, y los brazos, así como también usaba instrumentos filosos como tijeras para cortar la piel de sus víctimas.
SU VIDA FUERA DE LA LEYENDA
La condesa Erzsébet Báthory nació en 1560, tuvo una excelente educación. Sus padres fueron los Condes Ana Báthory Y Jorge Báthory. A los 12 años de edad fue prometida a Ferenc Nádasdy, quien pertenecía a una prestigiosa y adinerada familia. Sorprendentemente, a los 13 años de edad, la condesa dio a luz un bebé de otro hombre de baja clase social. La niña fue escondida y criada lejos de su madre quien se casó con Ferenc en 1575.
La joven pareja se mudó al Castillo de Nádasdy ubicado en Eslovaquia. Su esposo casi nunca estaba en el castillo. Como consecuencia de su ausencia, Erzsébet tuvo innumerables amantes. Cuando la condesa Báthory cumplió 43 años de edad, su conyugue murió. Al poco tiempo comenzaron los rumores sobre sus inusuales pasatiempos.
EL COMIENZO DEL TRATAMIENTO REJUVENECEDOR
El mito tiene su génesis cuando la sangre de una sirvienta cae accidentalmente en el rostro de Erzsébet Báthory. Ésta se da cuenta que, con el paso de los días, el pequeño espacio donde cayó la sangre de la joven, se ha vuelto más suave y terso. Con la ayuda de su mayordomo, decidió degollar a la joven sirvienta y bañarse en su sangre: la condesa había encontrado la cura a la vejez. Desde entonces, los rituales sangrientos comenzaron a ser más frecuentes y la cantidad de jóvenes asesinadas aumentaba progresivamente.
El paso del tiempo contribuyó para que la condesa sangrienta pasara a ser dentro del imaginario popular una vampiresa que se alimentaba insaciablemente de jóvenes. La preferencia del sitio de extracción de la sangre, al igual que en nuestros días, era a través de sus muñecas y cuellos. Así nació la leyenda de la primera vampiresa de la historia.
El TRÁGICO FINAL DE LA SANGUINARIA CONDESA
Con la polémica que causaban los rumores alrededor de la condesa Bathory, se abrió una investigación en su contra en 1610. En Diciembre de este mismo año, fue arrestada con 4 de sus sirvientes y cómplices. Tres de ellos fueron ejecutados. El cuarto fue condenado a pasar el resto de su vida en prisión. No obstante, la condesa no fue a prisión debido a su posición social. La encerraron en el Castillo de Csetje.
A los 54 años de edad, en 1614, falleció en uno de los cuartos del castillo en donde varios testigos dijeron que no entraba la luz del sol. Esta asesina serial, obsesionada por conservar su belleza y juventud, se convirtió a través del tiempo en la realidad que sustenta la figura mítica de la mujer seductora que esconde un secreto siniestro: el de ser una vampiresa que perpetuó su vida a través de la sangre de sus jóvenes sirvientas.