El ‘Código Gigas’, también conocido como la ‘Biblia del Diablo’ es probablemente el manuscrito más largo y extraño que existe en el mundo. Es tan grande que se especula se necesitaron 160 pieles de animales para hacerlo y se necesitan al menos dos personas para sostenerlo. Mide aproximadamente 1 metro de largo y, de acuerdo a la leyenda, este manuscrito medieval fue hecho por un ‘pacto con el diablo’.
Fue escrito en latín durante el siglo XIII a.C, y aunque el origen real del manuscrito es desconocido, estuvo almacenado en el monasterio benedictino de Podlažice en lo que ahora es la República Checa.
Durante un tiempo se creía que este misterioso libro contenía todo el conocimiento sobre la humanidad, pero en realidad contiene las versiones completas del viejo y nuevo testamento. También contiene una colección de trabajos seculares y otros textos que incluyen desde instrucciones para exorcismos medievales hasta consejos gramaticales del siglo VII. Estos consejos fueron escritos por Isidoro, el erudito convertido en santo de Sevilla.
El libro recibe su nombre por la ilustración que contiene del demonio en la página 290. Se cree que es la única biblia de su época con una representación de satanás. En el dibujo se puede observar al personaje dibujado casi de manera caricaturesca, con cuatro dedos en manos y pies y con lo que parece ser una especie de taparrabos de armiño. El armiño era asociado con la realeza así que se enfatiza su posición como príncipe de las tinieblas.
EL PACTO DEL MONJE CONDENADO
Ilustración del diablo
Según la leyenda, un monje perteneciente al monasterio benedictino había sido condenado a muerte por ser muy vanidoso, lo que era considerado una abominación dentro del régimen en que se desenvolvían. El día antes de cumplir su condena, que consistía en ser emparedado vivo, el monje ofreció escribir un libro entero en una noche para redimir sus pecados.
El condenado prometió que haría el libro más grande que jamás existiera pues glorificaría al monasterio y contendría toda la sabiduría humana de la época. Su propuesta fue aceptada, le perdonarían la vida a cambio del libro.
Por supuesto, lograr tal hazaña fue imposible para el monje. Se dice que trabajó arduamente y sin descanso hasta no sentir la mano. Fue en ese momento que el hombre decidió pedir ayuda, pero no precisamente de seres celestiales. La desesperación llevó al monje a hacer un pacto con el diablo.
A cambio de una mayor productividad durante la noche, todo lo que el monje tenía que hacer era pintar un retrato de página completa de Belcebú en el Codex y entregarle su alma mortal.
EL LIBRO MALDITO
Si bien el manuscrito es considerado una maravilla del mundo, también se creía que el libro estaba maldito. Cuando los monjes de Podlažice se vieron en apuros económicos, empeñaron el libro a otros monjes de Sedlec, pero estos no corrieron con suerte. Una epidemia se desató en el claustro donde guardaban el Código. Así que el libro pasó a manos de otro monasterio en Břevnov. Pronto, estallaría la guerra y el monasterio casi fue destruido.
Luego de estos hechos el manuscrito empezó a ser considerado como una maldición para quien lo tuviera en su poder. Eso no le importó al emperador Rodolfo II de Praga, quien tenía una colección de artículos valiosos en su “Cámara del tesoro”. Los monjes cedieron ante el pedido del rey y ofrecieron prestarle temporalmente el códex, pero el libro nunca regresó a sus aposentos.
El Codex Gigas original terminó en Suecia gracias a un saqueo. En los últimos días de la Guerra de los Treinta Años, una serie de batallas entre protestantes y católicos entre 1618 y 1648, los suecos asaltaron Praga y tomaron una variedad de libros de gran valor, incluyendo la Biblia del Diablo.
En ese momento, la Reina Cristina de Suecia tenía la costumbre de robar libros de otras naciones como «botín de guerra» y usarlos para mejorar las bibliotecas de su propio país. Polonia, Alemania, los Estados Bálticos y Dinamarca estaban entre los lugares cuyas estanterías saqueó en nombre del conocimiento.
De esta manera el manuscrito llegaría a su destino final, donde se mantiene hoy, la Biblioteca Nacional de Suecia. Hasta la fecha, no se ha tenido reportes de ninguna tragedia en el lugar.
¿POSESIÓN DEMONÍACA O EL TRABAJO DE UNA VIDA?
Imagen donde se puede apreciar el gran tamaño del manuscrito
Varios expertos que han estudiado el libro han llegado a la conclusión de que, efectivamente, el tipo de caligrafía demuestra que un solo hombre fue responsable por la escritura de todo el libro. Sin embargo, según los estudios realizados, escribir todo el libro, incluyendo las ilustraciones y decoraciones de las páginas tomaría alrededor de 30 años.
Los historiadores apuntan a una firma dentro del texto hermann inclusis -Herman el Recluso- como evidencia de su solitario autor. Ante tal hazaña, no sorprende el pensar que el autor de tal obra debía estar poseído por una fuerza sobrenatural para poder llevar a cabo la tarea de escribirlo.
Hoy en día el manuscrito puede revisarse a través de la web de la Biblioteca Nacional de Suecia.
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