Muchas religiones tienden a representar a la mujer como una figura débil, sumisa y obediente. Algo que al parecer no se dio con la mujer hindu. En el cristianismo, por ejemplo, la madre de Jesús no aparece en escenas donde haya alguna lucha o donde pueda tener un papel protagónico, ella simplemente estuvo para traerlo al mundo y atenderlo después de haber sido crucificado. Dando a entender que lo femenino sólo existe para cuidar y ser la imagen del vientre que provee alimento, seguridad y estabilidad.
La empoderada mujer hindu
Pero, no todas las religiones siguen esta tendencia, acontecimiento particular en el mundo. Siglos antes de que las religiones monoteístas se establecieran, ya existía un compendio de culturas que adoraban a distintos dioses, los cuales respondían a las necesidades de cada civilización. Estos dioses eran representados según la percepción de los fieles que seguían su doctrina.
Con el pasar del tiempo, los arqueólogos se dieron cuenta de que siempre había una predisposición a adorar al dios supremo como una entidad masculina, creyendo que sólo así se puede imponer el orden y la armonía en el planeta. Contrario a esta creencia, se fundó el hinduismo, una religión que demuestra que la fuerza bruta no es la única que puede gobernar, dándole énfasis a la mujer hindu.
El poder de la meditación
Todas las religiones veneran entes sobrenaturales. Hechos o cosas que no se adhieren al plano de la realidad y lo tangible. Circunstancias como estas hacen que los creyentes respondan a situaciones metafísicas de distintas maneras. Unos desean simplemente llegar al destino que les proporcione su dios, pero otros, en cambio, esperan por la reencarnación.
Esta es una de las cosas que promete la religión hindú, donde el Brahma o plano invisible provee la clave para sostener el universo entero, también llamado Maia. A diferencia de otras doctrinas religiosas, el hinduismo se caracteriza por ser una tradición donde predomina el subconsciente; ahí se busca cultivar la mente al igual que el cuerpo.
La meditación es indispensable, porque afirman que es la manera en que el alma puede conectarse con la madre tierra, de manera que siempre se tengan la fuerza necesaria para enfrentar los obstáculos de la vida. Esto ha hecho que sus fieles se vuelvan muy tolerables, sobreviviendo durante siglos gracias a la facilidad que tienen para adaptarse a los cambios del mundo.
La búsqueda de la inmortalidad
El hinduismo es una de las pocas religiones que profesan la reencarnación. Las leyendas hindúes cuentan que al comienzo de los tiempos solo existían dioses y diosas, pero todos abusaron de sus poderes y el Dios supremo, Brahma, decidió mandarlos a la tierra con cuerpos humanos y con sus atribuciones limitadas.
Pero entonces se le presentó un gran dilema: ¿Dónde escondería el poder de la inmortalidad? Afortunadamente no tardó mucho tiempo en hallar una solución atractiva para el problema. El ser humano, según la cultura hindú, tiene grandes secretos dentro de sí.
Con esta premisa, el dios Brahma introdujo la inmortalidad en lo hondo del alma. Él sabía que el hombre no se atrevería a mirar en su interior, por lo que el don se encontraría a salvo. He aquí donde la meditación toma un papel protagónico, pues entre más se practique, más cerca estará el individuo de dar con el regalo más preciado de los dioses.
Conocerte a ti es conocer a tu dios
Una de los atributos más atractivos que encuentran aquellos que no profesan la religión hindú es ver cómo los fieles se conectan con la naturaleza y cómo desarrollan una gran calma psíquica; todo a través de mantras y costumbres meditativas. Entre los beneficios de esta religión están la práctica espiritual del yoga, ver más allá de lo terrenal y descubrir qué deparará el universo para la siguiente vida.
Es por eso que cada dios hindú tiene un papel en la vida de los creyentes, sirviéndoles como guía para conocerse a profundidad. Muy parecidos a los antiguos dioses griegos, las divinidades de la India tienden a ser muy sentimentales, se molestan fácilmente y favorecen a aquellos que son dignos de sus favores.
Al mismo tiempo, también requieren de diferentes sacrificios o dharma, forma en que el penitente asegura la benevolencia para con sus exigencias. La diosa Laskmi, por ejemplo, a cambio de proporcionar abundancia en la vida, exige un mantra en específico. Así quien implora, podrá disfrutar de amor y riquezas por doquier.
La influencia del poder femenino
Quien decida adentrase en el camino de la religión hinduista debe saber cuáles son las características más importantes de las diosas. Esto le permitirá entablar una conexión con cada una, aprovechando sus poderes especiales que fomentan la armonía en los corazones de quienes las buscan.
En primer término está Sati, diosa de la sexualidad, representada como una mujer hindu de gran apetito sexual que tiene la capacidad de convertir a aquellos que practiquen el ascetismo. Pero, al mismo tiempo, se le puede pedir por la lealtad y la pasión entre las parejas, siendo la diosa de los matrimonios por excelencia.
Por otra parte está Sarasvati, una diosa que se dedica a fomentar el conocimiento y la creatividad. Según la mitología hindú, ella se muestra como una mujer inmaculada que se sienta sobre una flor de loto para reflexionar sobre la vida, mientras soporta el peso del universo en sus cuatro brazos.
Otra diosa importante es Parvati. Creó al dios Ganesh, representado con la cabeza de elefante y de Skanda, el dios de la guerra. Se considera como la diosa que protege al mundo y se la personifica encima de un gran tigre.
Por último, pero no menos importante, cabe mencionar a la diosa Maia, encargada de la parte más espiritual del ser humano. Es la reina de la ilusión y puede engañar al hombre para que no vea lo grande que puede ser en la realidad, ya que esto significaría su ineludible perdición.
Protege al mundo del más allá y es capaz de mantener a sus fieles en un lugar seguro. También guía a los que emprenden el viaje a través de la meditación para que dejen y vuelvan seguros al cuerpo. Es quien conecta el cuerpo con la gracia espiritual.
Una religión basada en la igualdad
El hecho de que el hinduismo promueva que el poder entre deidades masculinas y femeninas es equitativo, genera cierto escepticismo entre quienes distan de practicar sus costumbres. Sin embargo, la mesura con que los creyentes profesan su religión, ha establecido una especie de paz interreligioso, pues no existen, en la contemporaneidad, casos documentados de fieles hindúes que promuevan la guerra o la destrucción de religiones pares.
Además, se jactan de ser una de las doctrinas religiosas más dadas al hospedaje, pues todo aquel que se acerca a las tierras de India no hace más que maravillarse por las costumbres de sus pobladores.
Quizá las religiones que relegan a la mujer a ejercer un papel paupérrimo dentro de sus filas, no lo hacen por razones malévolas o machistas, como acusan algunas personas; pero definitivamente, esta religión demuestra que si la grandeza de los dioses está influencia por el carácter femenino, la tolerancia prevalecerá sobre cualquier problemática.
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