Desde hace algunos años atrás, uno de los mayores miedos de la humanidad han sido las armas nucleares, como el desastre de Chernobil. Los países que las poseen son objeto de duras críticas y de gran paranoia por el resto del mundo. Estas armas son letales contra la vida humana y exponen a sus víctimas a una cruenta muerte, sin contar el alto impacto negativo que generan para el ambiente.
En el año 1986, el mundo se conmocionó cuando tuvo lugar la devastadora tragedia de Chernóbil, en la actual Ucrania. Este accidente nuclear es, conjuntamente con el de Fukushima en el año 2011, uno de los más graves de la historia y con consecuencias devastadoras para el medioambiente.
La causa del desastre
El 26 de abril de 1986, en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin se estaba realizando una simulación de corte eléctrico, lo que ocasionó el sobrecalentamiento del reactor nuclear y la consecuente explosión de hidrógeno a gran escala. Diversas anomalías y señales de alerta habían sido detectadas durante el proceso, pero quienes estaban a cargo decidieron ignorarlas.
Los liquidadores
En un intento por contener y descontaminar la zona, se enviaron cientos de efectivos a una muerte segura. El gobierno les ofreció jugosas recompensas y tentadores tratos que no llegaron a cumplirse, pues los trajes no contaban con la protección suficiente contra los agentes radioactivos. Así, muchos de ellos murieron y sólo recibieron a cambio un memorial en la zona mortífera de Chernóbil.
Las irregularidades en el manejo de la tragedia
El alcance del desastre fue enorme e incluso se detectó actividad radiactiva en 13 países de Europa, lo que inmediatamente creó un estado de alarma internacional. Este accidente fue ubicado en la escala más alta de accidentes nucleares, obteniendo un nivel 7, no alcanzado por las tragedias de Hiroshima y Fukushima.
Los niveles de contaminación radioactiva en la zona fueron inmensos y se procedió a desalojar alrededor de unas 116.000 personas. Se aisló la central nuclear y sus alrededores, a un radio de 30 kilómetros. No obstante, las autoridades soviéticas manejaron el asunto con gran secretismo y los habitantes de la zona estaban desinformados incluso el día siguiente de la tragedia.
Tras esta intención de encubrimiento por parte del gobierno soviético, probablemente se escondía lo que más adelante sería revelado. En 1991, un informe confirmó que los reactores de Chernóbil no cumplían con los estándares de seguridad aceptados para los reactores nucleares.
Las devastadoras cifras
- Se estima que alrededor de 1.000 personas recibieron grandes dosis de radiación el día después del accidente.
- En total, 600.000 personas recibieron dosis de radiación durante los trabajos de descontaminación posteriores.
- Nada más y nada menos que cinco millones de personas vivieron en áreas contaminadas y 400.000 en áreas gravemente contaminadas.
- Aproximadamente 75.000 personas padecieron enfermedades derivadas del accidente.
- Cientos de mujeres embarazadas tuvieron que practicarse abortos, ante los efectos negativos de la radiación en el feto.
- Al menos 25% de las muertes fueron por suicidio, ante la imposibilidad de las personas de lidiar con las consecuencias psicológicas y sociales del desastre.
- Hasta el día de hoy no existen cifras concluyentes sobre el impacto de esta tragedia en la mortalidad de la población, aunque se estiman unas 25.000 muertes derivadas como mínimo.
El oscuro futuro
En la actualidad, todavía quedan 200 toneladas de material radioactivo dentro del reactor. Podría tomar más de 100 años descontaminar el área por completo y, de acuerdo con las autoridades ucranianas, el área no será segura para la vida humana hasta dentro de unos 20.000 años.
A pesar de ello, unas 300 personas continúan viviendo en zonas aledañas, alegando que no tienen otro lugar a donde ir.
Las incógnitas
A pesar de que gran cantidad de investigadores han estudiado el caso Chernóbil desde 1986 hasta nuestros días, muchas interrogantes no fueron resueltas. De hecho, la mayoría están relacionadas con el cuestionable proceder de los trabajadores que ejecutaban la funesta prueba y el posterior secretismo de las autoridades soviéticas.
Por una parte, no faltan los supersticiosos que creen que la tragedia es parte de un castigo de Dios. Por otra, algunos sólo ven las siniestras intenciones de un gobierno que incumplió con los mínimos estándares internacionales de seguridad, arriesgando vidas humanas. Además trató de desinformar a pesar de las devastadoras consecuencias que esto suponía. ¿Acaso la tragedia de Chernóbil podría no haber sido accidental?