Christopher Scott Kyle un héroe es una figura capaz de realizar hazañas extraordinarias. Por lo general, éste mantiene valores muy específicos. Según se acepta comúnmente, un héroe no debe asesinar, y sólo puede vencer y castigar a sus contrincantes. Su alto sentido de la moralidad no le permite nada más allá de eso. Sin embargo, ¿Qué ocurre con esta figura cuando se encuentra en un campo de batalla? ¿Cómo actúa un héroe en una guerra mundial? ¿Es un héroe aquel que ejecuta a sus enemigos para mantener a salvo a su País?
Christopher Scott Kyle se balancea en el centro de la delgada línea que existe entre un héroe convertido en leyenda y un arma mortal, esto debido a que, por su eficacia, causó grandes bajas. Chris se mantiene hasta la actualidad como el francotirador más letal en la historia de Estados Unidos.
Las mayores hazañas de este reconocido francotirador ocurrieron desde el 2003 en adelante, momento en el cual Estados Unidos comenzaba su lucha en Irak. Oficialmente, Christopher fue responsable de más de 160 muertes, aunque él se reconoció como el autor de un poco más de 250 bajas. Sin embargo, su apodo como “la leyenda” se consolido al realizar un tiro que era técnicamente imposible. En el 2008, a más de 2100 metros de distancia, Kyle ocasionó la muerte de un famoso francotirador insurgente.
El comienzo de “la leyenda”
Con tan solo 8 años de edad, Chris recibió como regalo de sus padres un rifle springfield que sería usado en actividades de caza de animales con su figura paterna. Su manejo del arma impresionó tanto a su familia que, al poco tiempo, decidieron regalarle una escopeta. A pesar de su gran interés por las armas, Kyle no planeaba nada con ellas para su futuro. Por el contrario, deseaba ganarse la vida como “cowboy”, en rodeos. Chris deseaba convertirse en un verdadero vaquero hasta que un accidente cambió el rumbo su vida.
Una caída, en uno de los rodeos a los que Kyle asistía, extrañamente le hizo ver que quería para su vida grandes planes. Deseaba servir a su país. Fue entonces, en 1999 cuando se enlistó en la armada de los Estados Unidos con único fin: convertirse en un SEAL. Estos soldados son las principales fuerzas especiales de la armada en Estados Unidos. Este sueño ambicioso no tardaría mucho en convertirse en realidad. Una vez que aprobó los cursos para francotiradores, con un excelente desempeño, fue incorporado a las reconocidas fuerzas especiales.
Una difícil decisión
En el 2002, fue asignado al pelotón de Chalie de los SEAL. Su primera misión consistiría en tomar una terrible decisión. En un poblado de Nasiriya, en Irak, Kyle Scott se encontró a una mujer que se dirigía con una granada hacia un grupo de soldados estadounidenses. Y por si fuera poco, la mujer se escudaba con un pequeño niño. Kyle, en su roll como francotirador, tuvo que tomar la difícil decisión y eliminar la amenaza. El lamentable destino del niño quedó resuelto por la granada, pero los soldados sobrevivieron al ataque.
En su segunda misión, en la ciudad de Ramandi, su fama aumentó considerablemente debido a las 40 muertes de insurgentes que pesaban sobre sus hombros. El reconocimiento por su letalidad fue tal que sus enemigos colocaron un alto precio a su cabeza. Se especula que el monto rondaba los 80.000 dólares. Precio que aumentaba con los éxitos de Kyle.
Se dice que Chris era una persona muy reservada, por lo cual, mientras su carrera militar se mantenía con gran éxito, muchos de sus compañeros se preguntaban cómo iba su vida personal.
“la leyenda” acaba su labor para rescatar su matrimonio
Al comenzar su carrera como SEAL, Christopher, conocido como el francotirador más letal de la historia estadounidense, también se embarcaba en un largo matrimonio con Taya. Sin embargo, el éxito que obtenía con su desempeño como militar derrumbaba su matrimonio lleno de continuas ausencias y problemas de comunicación. Aun así, esta pareja tuvo dos hijos.
Para Kyle no era nada fácil mantener su matrimonio a flote cuando vivía constantemente viajando por su trabajo, que muchas veces implicaba presenciar la muerte de sus compañeros. Además, no sólo fue víctima de dos disparos en una ocasión, sino que estuvo presente en más de tres bombardeos. También fue testigo de actos de torturas a todo tipo de personas. Todos estos hechos ocasionaron que un terrible estrés postraumático invadiera el espacio personal del letal francotirador.
Christopher Scott con su esposa
En el 2009, Christopher decidió abandonar la milicia con la finalidad de salvar su vida matrimonial y dedicarle tiempo a sus dos hijos. Obtuvo los más altos honores en su retiro: dos estrellas de bronce y cinco de plata, además de una medalla por parte de la milicia y la marina estadounidense.
Integrarse a la vida cotidiana de su familia no resulto nada fácil. Pero con ayuda psicología y sus continuas visitas a la fundación FITCO, dedicada a brindar ayuda a aquellos que sufrían de estrés postraumático luego de la guerra, logró superar los obstáculos. Luego formó su propia empresa. Su vida estaba por completo recuperada cuando, de pronto, una tragedia culminaría con su existencia.
Un héroe muere en manos de uno de sus veteranos
Funeral de Scott
Inesperadamente, el 2 de Febrero del 2013, “la leyenda” murió a manos de un veterano al que intentaba ayudar. Eddie Ray Routh estaba atravesando un grave caos psicológico causado por la guerra en Irak. Kyle y un amigo querían practicar en el campo de tiro para que Routh se lograra relajar. Sin embargo, el resultado fue totalmente inesperados. De pronto, Eddie asesinó, con más de seis disparos, a Kyle y su compañero. Se dice que fue resultado de su desorden de estrés postraumáticos, aunque no se ha podido comprobar nada.
Gracias a un libro autobiográfico que Kyle se dedicó a escribir como parte de su terapia de recuperación al estrés postraumático, esta gran historia de dio a conocer. E, incluso, en base a sus escritos se grabó una película muy taquillera llamada “American sniper”, donde se cuentan todos los aspectos de este difunto héroe estadounidense.
Muchos se preguntan si Christopher Kyle Scott era un héroe verdadero. Y en su libro deja muy clara la respuesta. A pesar de su record de asesinatos, Kyle tuvo tantas bajas como vidas salvadas. Mataba para salvar a miembros de la armada estadounidense, no tenía más motivos para ello. Kyle afirmó varias veces que no se arrepentía de lo que había hecho, pero que lo hacía estrictamente pensando en salvar vidas, y aun así, le parecía algo duro de realizar.
Su esposa, muy conmovida, en el gran funeral que se realizó a Christopher Kyle Scott definió la existencia de “la leyenda” en pocas palabras: “Christopher Scott Kyle vivió como murió, sirviendo a los demás”.
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