Robert, el muñeco diabolico que inspiró ‘Chucky’

Robert, el muñeco diabólico

Seguramente en algún momento de tu vida viste la película ‘Child’s play’ o más conocida en Hispanoamérica como ‘Chucky’, el muñeco diabolico. Para muchos es uno de los personajes ficticios más icónicos y representativos del cine de terror, llegando a ser responsable de pesadillas alrededor de todo el mundo.

¿Sabías, sin embargo, que la película de Chucky está basada en una historia real?

La aterradora historia real detrás de la película ‘Chucky’

Así es. El director Tom Holland señaló que se basó en acontecimientos reales para crear al ‘muñeco diabólico’.

A continuación te narraremos los acontecimientos terroríficos que vieron nacer el mito de los muñecos poseídos que tanto pavor causan hoy en día, la historia del muñeco ‘Robert’.

Robert, el muñeco diabolico
Robert, el muñeco diabolico

Robert, el muñeco diabólico

La historia nace en 1896. Los Otto eran famosos dentro de la comunidad por ser una familia con buena posición económica, pero también se ganaron la fama de ser poco amables con las personas y de maltratar a los sirvientes que trabajaban en su casa. Se cuenta que 4 sirvientes fueron despedidos por realizar una ceremonia en el patio de la casa, puesto que la señora Otto creyó que se trataba de un ritual satánico.

Hubo una sirvienta en particular, se encargaba de cuidar al pequeño Robert Eugene (‘Gene’ de cariño), hijo de la familia. Aquella mujer se ganó el cariño del pequeño, quien sufrió mucho cuando la despidieron, por un malentendido con la madre.

Antes de marcharse, sin embargo, la mujer le obsequió a Robert un muñeco relleno de paja, medía alrededor de tres pies de altura. Aquella mujer le había dado al muñeco rasgos físicos parecidos a los del pequeño Robert, quien decidió nombrarlo igual que él.

Desde entonces, el pequeño Gene y su muñeco Robert eran inseparables. Los padres estaban acostumbrados a verlo siempre con el muñeco entre sus brazos llevándolo a cada rincón de la casa para jugar. Era normal escuchar al pequeño Gene hablar con su muñeco. Sin embargo, los señores Otto se extrañaban al escuchar a su hijo responder a sus propias preguntas con una voz muy extraña, difícil de realizar por un niño pequeño.

Con el paso del tiempo, extraños sucesos se presenciaban en la casa de los Otto. Los vecinos aseguraban aterrados que veían por las ventanas al muñeco moverse cuando la familia no estaba. Incluso los señores Otto escuchaban a Robert reírse y correr por toda la casa; y al pequeño Gene, quien culpaba a Robert de algunas travesuras.

Casi todas las noches, Gene se despertaba gritando aterrado, cuando los padres llegaban a su habitación encontraban los muebles y objetos fuera de su lugar o volcados, y a Robert al pie de la cama con una mirada extraña.

– ¡Robet lo hizo!, gritaba Gene desesperadamente.

Ante estos sucesos, los señores Otto decidieron, aterrados, encerrar a Robert dentro del ático, sellado con maderas para que no pudiera salir.

Después de esto, los padres del pequeño Gene no volvieron a ver al muñeco Robert.

Robert, el muñeco diabolico
Robert, el muñeco diabolico

La maldición continuaba

Cuando los señores Otto fallecieron, le dejaron como herencia a Gene la antigua casa donde vivían, quien decidió mudarse allí con su esposa, ya que podía aprovechar el espacio de la casa para trabajar, era un artista; además de utilizar el mirador ubicado en el techo, donde creyó que podía encontrar la inspiración necesaria para sus obras.

Al poco tiempo de mudarse y después de renovar casi por completo la casa, Gene encontró en el ático a su amigo de la infancia, el muñeco Robert, a quien colocó en el mirador del techo para que lo acompañe siempre. El lazo que los unía cuando era niño volvió, creando un aura extraña que la esposa de Gene no puedo ignorar.

Ella notó que su esposo se comportaba de una forma extraña con el muñeco. Decidió entonces esperar a que Gene saliera de la casa, para volver a poner a Robert en el ático. Al llegar Gene y darse cuenta de lo que hizo su esposa, tuvo una fuerte discusión con ella, y le dijo que Robert necesitaba su propia habitación, luego volvió a ponerlo en el mirador. Ocurrido esto, su esposa empezó a dudar seriamente sobre la cordura de Gene.

El rumor sobre el muñeco diabólico Robert empezó a repercutir en toda la ciudad de Key West. Las personas habían empezado a sentir temor, ya que aseguraban ver a Robert observándolos desde el mirador, así como correr por la casa y hacerles muecas por las ventanas. Los niños evitaban a toda costa caminar cerca de la casa de los Otto por temor a que Robert los esté observando.

Pronto, la casa de Gene dejó de tener visitas y se convirtió en un lugar temido por todas las personas.

Gene le contó a su esposa haber visto a Robert meciéndose en la silla del mirador, quejándose de su encierro. Por lo que, cansado de las travesuras del muñeco Robert, decidió encerrarlo nuevamente en el ático, donde todavía se escuchaban sus pasos y risas.

En 1972, Gene Otto falleció. Su esposa vendió la casa dejando a Robert ahí.

La historia y leyenda de Robert fueron desapareciendo con el paso del tiempo.

Robert, el muñeco diabolico
Robert, el muñeco diabolico

El regreso de Robert

 Después de muchos años, una nueva familia llegó a la casa, un hombre, su esposa y su hija. Esta última, tras explorar toda la casa, encontró a un muñeco polvoriento en el ático. La niña se cautivó con Robert y lo llevó abajo con el resto de sus juguetes.

Sin embargo, tal parece que al muñeco Robert no le agradaba la niña, puesto que todas las noches sus padres despertaban con los gritos despavoridos de la pequeña, quien apuntaba hacia Robert señalando que quería asesinarla.

Hasta el día de hoy, ella sigue asegurando que el muñeco Robert tenía vida propia y que quería asesinarla cuando tenía 10 años.

Robert, el muñeco diabolico
Robert, el muñeco diabolico

Robert en la actualidad

En la actualidad, Robert se exhibe en el museo Martello en Key West.

Se dice que para tomarle fotografías, deben preguntarle primero a él. Si Robert inclina la cabeza hacia un lado, quiere decir que acepta. Por el contrario, si se queda quieto y usted insiste, cuenta la historia popular que la maldición caerá sobre ti.

Robert sigue sentado en su exhibidor, con su león de peluche y su traje de marinero, esperando poder salir, a buscar una nueva víctima.

Autor(a): Rudy GT

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