El mundo siempre ha amado los misterios, por eso el interés acerca de las sociedades o grupos secretos es un tópico sin fecha de vencimiento. Existen muchos relatos que dan cuenta de la existencia de estas sectas, su filosofía y costumbres; además de lo fascinante que son sus conocimientos sobre el mundo, la religión y la política. Algunas son más famosas como los Masones o los Iluminatis, otras se regocijan en las sombras como Los Rosacruces.
Rosacruz
Este término apunta a una legendaria orden secreta, cuyos integrantes se autodefinen como hombres y mujeres progresistas, quienes a través de sus saberes esotéricos, ayudan a la vida.
El también conocido rosacrucismo es entonces, por definición, una filosofía mística que tiene como objetivo guiar y desarrollar la conciencia interna. Los rosacruces más importantes hasta la fecha han sido Lutero, Casanova o Julio Verne.
Origen egipcio
La Orden Rosacruz, en sus publicaciones, declara que sus orígenes se ubican en las llamadas Escuelas de Misterios del antiguo Egipto. Estas fueron establecidas durante el reinado del faraón Tutmosis III, quien fue el sexto faraón de la dinastía XVIII de Egipto y que gobernó entre los años 1479 y 1425 antes de cristo, llegando a ser uno de los gobernantes más importantes, influyentes y poderosos de los tres mil años de civilización faraónica.
Amenhotep IV, sucesor de Tutmosis III, que también era jefe de las Escuelas de Misterios, es quien abolió el politeísmo que imperaba en aquella época. Implantó la primera doctrina monoteísta del mundo, cuyo dios era representado materialmente por el Sol, también llamado Atón. Este faraón cambió su nombre por el de Akenatón, que significa “piadoso con Atón” o “gloria a Atón”, y por el cual es reconocido mundialmente.
Los Rosacruces consideran a Akenatón como su primer Gran Maestro.
Expansión por Europa
La Orden Rosacruz se logró extenderse por Grecia y, posteriormente, a Roma. Durante la Edad Media, estas misteriosas enseñanzas se mantuvieron en la clandestinidad, ocultas bajo un abanico muy amplio de nombres esotéricos y siendo transmitidas secretamente, hasta su estructuración final en el siglo XVII.
Muchos afirman que el nacimiento del movimiento rosacruz nació en 1410, pero en realidad los historiadores rechazan categóricamente esta aseveración, pues declaran que la Fraternidad Rosacruz no es anterior al año de 1614, momento en el cual un teólogo luterano de nombre Johannes Valentinus Andreae publicó en Kassel, Alemania, un folleto titulado “Fama Fraternatis”.
En este folleto se relata la historia de un alemán llamado Christian Rossenkreuz, de quien se cree vivió entre los años 1378 y 1484, aunque no existe documento alguno que compruebe dichos datos. El fascículo cuenta cómo el hombre viajó por todo el mundo, recorriendo especialmente el Oriente Medio, donde se inició en los misterios de la magia, la hermenéutica y demás conocimientos que luego mezcló con las doctrinas cristianas. Fundando de esta manera la Hermandad Rosacruz en 1408.
Johannes Valentinus Andreae se presentó como el heredero de estos conocimientos secretos y los ofreció al público. Desde entonces los Rosacruces tienen como símbolo la rosa y la cruz, que en realidad eran parte del escudo familiar de Andreae y no guarda relación alguna con el personaje de Christian Rossenkreuz, como muchos creen.
Sus documentos
La Orden Rosacruz ha publicado a lo largo de su historia varios documentos que revelan sus fundamentos y orígenes. Los tres primeros son los más importantes. Ellos causaron un enorme revuelo en Europa y fueron reeditados en varias ocasiones. Con estos escritos los Rosacruces causaron se convirtieron en modelo e influencia de muchas otras sociedades secretas como los Masones, quienes incluso titularon su décimo octavo grado de El Rito Escocés con el nombre de El Caballero de la Rosa Cruz.
Estos documentos parecían inclinarse fuertemente hacia el Luteranismo y, de hecho, incluyen fuertes declaraciones que condenaban a la iglesia católica.
A continuación un pequeño resumen del contenido de estos famosos documentos:
La Fama Fraternitatis (1614)
Esta obra fue el primer documento en el que se mencionó la Orden Rosacruz. Iba destinado a los dirigentes políticos, religiosos y científicos de la época y se expresa de forma negativa sobre la situación general en Europa. También en el escrito, el autor se encarga de hacer una especie de recuento o recorrido histórico de la Orden, en especial su nacimiento y evolución en Alemania, a través de la historia alegórica de Christian Rossenkreuz.
La Confessio Fraternitatis (1615)
El segundo manifiesto Rosacruz, “La Confessio Fraternitatis”, completa o es continuación del primer tratado. En este se amplían y matizan algunas de las afirmaciones que se declaran en el primer documento.
Aquí se continúa insistiendo en la necesidad que tiene el hombre y la sociedad actual de regenerarse. Además se indica que la Fraternidad Rosacruz tiene en su poder una ciencia filosófica que puede permitir esa regeneración, por ello se dirige principalmente a aquellos que buscan trabajar para la felicidad de la humanidad, ofreciendo sus deseos y labores al servicio de la Orden.
Las Bodas Químicas de Christian Rossenkreuz (1616)
El tercer documento de la orden se aleja bastante, en contenido, los sus dos antecesores. Aquí, con ayuda de un lenguaje simbólico y alquímico, se narra el proceso místico de Christian Rossenkreuz. En este texto, Rossenkreutz, ya con ochenta y un años de edad, es un anciano que narra con voz propia sus aventuras y travesías. Es un relato de siete partes y cuenta cómo asistió a unas nupcias reales.
En 1454 una mensajera le extiende la invitación a un matrimonio. Él decide asistir, por lo que deja su aislamiento y se dirige a la cima de una montaña alta, donde luego de superar algunos obstáculos, llega a encontrarse con otros invitados. Cada uno es sometido a lo que él llama “la prueba de la balanza”, donde juzgan cuán virtuosos son, y cuyo resultado determinará si están aptos para participar o no en el matrimonio. Los elegidos son cubiertos por una especie de piel dorada y son presentados a la familia real.
Pero en lugar del esperado matrimonio, lo que se describe es la decapitación de la familia real. Cuando los cuerpos yacen en sus respectivos ataúdes, los invitados son embarcados en siete navíos y se les envía a una isla remota. Al arribar a su destino son alojados en un edificio muy particular de siete pisos, que tiene por nombre la Torre de Olimpo. El relato continúa con la travesía de los invitados por los siete pisos de esta torre. En donde cada piso los recibe con una prueba en operaciones alquímicas.