Existen leyendas de misteriosas desapariciones en masa alrededor de todo el mundo. Desde civilizaciones como la Atlántida hasta embarcaciones completas en el triángulo de las Bermudas, cualquier tipo de incidente que implique el cese de la existencia de más de un ser humano sin ningún tipo de razón aparente, es objeto de gran interés para los amantes de lo raro y paranormal.
Sin lugar a dudas, el incidente más famoso de la historia norteamericana es la desaparición de los ciudadanos de la colonia de Roanoke, que fueron vistos por última vez en 1587 y hoy se les conoce como ‘La Colonia perdida’; pero otro caso aún más inexplicable es el del paradero de los 30 hombres, mujeres y niños que desaparecieron sin dejar rastro de un pueblo pesquero Inuit en la primera mitad del siglo XX. Ambos casos han sido investigados hasta el día de hoy sin muchas pistas que develen el misterio que envuelve las desapariciones de esas personas.
La colonia Roanoke
Los primeros colonos ingleses de la Isla de Roanoke en el Nuevo Mundo establecieron sus hogares junto a poblaciones indígenas para luego desaparecer por completo, dejando atrás un mensaje codificado para otros colonos. Si hubo sobrevivientes de los misteriosos acontecimientos de su desaparición, ¿a dónde fueron?, la pregunta aún permanece sin respuesta.
Conquista de Roanoke
En 1584, los ingleses intentaron establecer una colonia en el nuevo mundo en la isla de Roanoke, Carolina del Norte. Al año siguiente tuvieron que abandonar el lugar debido al severo clima, la falta de suministros y las malas relaciones con los pueblos indígenas. Tres años después se emprendió un segundo intento de colonización. A medida que la lucha por la sobrevivencia continuaba, uno de los colonos, el Capitán John White, se vio obligado a regresar a Inglaterra para obtener ayuda de la corona.
En 1587, la hija de White dio a luz a Virginia Dare, quien aparentemente fue la primera niña inglesa nacida en el Nuevo Mundo. Mientras tanto, White permaneció en Inglaterra tres años, ya que la Reina había rechazado todos los viajes en barco debido a los ataques de la Armada española contra Inglaterra. Cuando White finalmente volvió a la isla de Roanoke en 1590, la colonia inglesa y su familia había desaparecido.
Croatoan
Los hombres de White no pudieron encontrar ningún rastro de los 90 hombres, 17 mujeres y 11 niños que habían dejado atrás. No había ningún rastro de una lucha o batalla, las cabañas habían sido desarmadas, el ganado había desaparecido y lo único que quedaba del pueblo eran dos tumbas y un mensaje: la palabra “Croatoan” tallada en un poste y tres letras, “Cro” talladas en un árbol cercano.
Cuando White vio esas palabras, dedujo que los colonos habían buscado la ayuda de los indios croatas en la cercana isla Hatteras. Había sido previamente decidido por los colonos que si debían moverse debido a un desastre o un ataque, el signo de la Cruz de Malta sería dejado atrás, pero White no encontró tal símbolo por ningún lado.
¿Qué sucedió?
Hay múltiples hipótesis sobre el destino de este grupo de colonos ingleses, la principal es que se dispersaron y fueron absorbidos por los locales en la isla Hatteras u otra tribu nativa. Actualmente se lleva a cabo una investigación de esta hipótesis con el «Proyecto de ADN de la Colonia Perdida» en Houston, Texas, pero sus resultados permanecen inconclusos.
Otra teoría es que los croatas, una tribu que había recibido a los ingleses de buena manera, se volcaron contra ellos y los aniquilaron, pero no se encontraron cuerpos en ese momento y no se ha encontrado evidencia arqueológica desde entonces para apoyar esta afirmación.
Otras posibilidades que se han presentado son: que los colonos simplemente dejaron de esperar, intentaron regresar a Inglaterra por sí mismos y perecieron en el intento o que la colonia pudo haber sido atacada y sus miembros comidos por caníbales, lo que explicaría la falta de restos humanos; pero esto último parece algo inverosímil dada la completa falta de evidencia de canibalismo en la zona.
Las piedras Dare
A pesar de que muchos creen que los colones ingleses se mezclaron con los croatas y eventualmente se convirtieron en la tribu Lumbee, algunos creen que sufrieron un destino más cruel. Las piedras Dare, descubiertas entre 1937 y 1941, registran los viajes de los colonos y en ellas se observa que el número de colones disminuyó a 24 como resultado de enfermedades o guerra con tribus hostiles.
Al final, solo quedaron siete de los colones originales. Uno de ellos fue Eleanor White Dare, la hija del Capitán John White, y la supuesta creadora de las piedras. Muchos expertos han dicho, sin embargo, que estas piedras son falsas.
Destino desconocido
Atrapado por un terrible clima y un equipo de navegación peligrosamente reacio a permanecer en el lugar, White no pudo investigar el asunto por más tiempo. Regresó a Inglaterra, dejando atrás la misteriosa desaparición de la colonia, su hija y su nieta, y nunca regresó al Nuevo Mundo. En consecuencia, nadie está seguro del destino que sufrieron los colonos ingleses de la isla de Roanoke.
La villa Anjikuni
El lago Anjikuni o Angikuni se localiza a lo largo del río de Kazan en la región alejada de Kivalliq en Nunavut, Canadá. El área es rica en leyendas de espíritus malignos de madera y bestias como el Wendigo; pero aunque estas historias son fascinantes, no hay nada más intrigante que la polémica que rodea el desaparecimiento colectivo de los aldeanos que una vez vivieron en la costa del Anjikuni.
De acuerdo a la leyenda, en 1930 Joe Labelle, un cazador de pieles canadiense fue a la Aldea de Anjikuno en busca de un lugar cálido para pasar la noche. Para su horror, no encontró ni una sola persona o animal en el sitio. Labelle había pasado antes por la villa durante sus viajes y había sido recibido por la tribu con calidez. El hombre revisó cada choza y encontró comida y provisiones.
También encontró la ropa de los aldeanos y kayaks afuera de sus hogares. No habían huellas en la nieve que dieran alguna pista sobre adonde fueron los Inuits. Labelle, sorprendido, fue a la oficina de telégrafos más cercana y envió un mensaje a la Policía Montada de Canadá.
Aldea fantasma
En camino a la aldea, la policía localizó una choza aislada que pertenecía a otro cazador llamado Armand Laurent y sus dos hijos. Cuando se les preguntó, dijeron que vieron en el cielo un objeto cilíndrico grande que se transformó en forma de bala antes de dirigirse hacia el lago Anjikuni. Al llegar al lugar, la policía registró a fondo el pueblo. Lo único fuera de lugar que pudieron encontrar fue que todas las tumbas del cementerio estaban vacías. Las lápidas habían sido cuidadosamente apiladas a ambos lados de las tumbas, descartando a los animales como culpables.
Un poco lejos del pueblo se encontraron siete perros de trineo que habían muerto de hambre y estaban enterrados bajo la nieve. Inuits de otras aldeas reportaron ver una luz azul que luego se desvaneció en la oscuridad en la aldea. La investigación reveló que el pueblo probablemente estaba desierto desde dos meses antes de que Joe lo descubriera. Nadie encontró ni un rastro de los Inuit.
Las teorías
A diferencia de la colonia Roanoke, donde todas las teorías se limitan a posibilidades netamente humanas, en el caso de la aldea Anjikuni los primeros sospechosos son, por supuesto, extraterrestres. El testimonio del objeto no identificado y las luces sin fuente conocida han llevado a muchos a afirmar que una nave alienígena secuestró o hizo desaparecer por completo a todos los habitantes humanos de la aldea.
¿Qué otro fenómeno podría haber causado que una aldea entera dejara sus hogares y sus pertenencias en medio de una noche normal sin dejar rastro alguno? Además, sin dejar ningún tipo de huella que diera pistas sobre su paradero. También se han mencionado vampiros, wendigos y espíritus malignos; pero las primeras dos opciones se pueden descartar por la falta de restos humanos en el lugar.
Sin una explicación lógica, los casos de la Tribu Anjikuni y la Colonia perdida seguirán formado parte de esa larga pila de archivos de casos no resueltos.