En 1999 se estrenó una de las mejores películas que el cine independiente le ha ofrecido a la meca del cine. “El Proyecto de la Bruja de Blair” es considerada, tanto por expertos como por fanáticos del género de terror, como pilar en cuanto a películas de pánico se trata.
Y es que este film (La Bruja de Blair) dirigido por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez tiene el tupé de ostentar uno de los más grandes logros que el cine de bajo costo puede presumir, obteniendo una ganancia en taquilla que oscila los 248 millones de dólares, cifra gigantesca si es comparada con el precio que significó producirla.
Pionera en el ámbito del falso documental, esta adaptación cinematográfica se argumenta en la desaparición de tres estudiantes de la universidad de Motgomery, quienes acudieron al pueblo de Blair, hoy Burkittsville, para explorar sus bosques y dar con el paradero de la bruja que azoró a la población un par de siglos atrás. Con lo que no contaban los entusiastas exploradores, era que en efecto iban a acertar en sus intenciones, encontrándose de cerca con el ente malévolo y roñoso que apagaría sus cámaras para la eternidad.
La inexplicable desaparición de los tres personajes, motivó a la consiguiente búsqueda de sus cuerpos, en vilo de conocer cuál habría sido el paradero final de los jóvenes. A pesar del arduo trabajo realizado por los equipos de rescate, jamás se halló rastro alguno.
No obstante, el hermano de uno de los desaparecidos, en las inmediaciones del bosque habría encontrado una serie de latas que contenían las películas grabadas por los chicos. A través de dichas cintas se da a conocer al mundo las cuitas sufridas por los estudiantes.
El origen de la leyenda de la Bruja de Blair
Antes de que se fundara el pueblo de Burkittsville, la población moraba bajo el nombre de Blair, un lugar precedido por la calma y la introspección. Pero en 1785 ocurrió el acontecimiento que moldearía el posterior devenir del poblado.
Según relata la historia, una anciana que respondía al nombre de Elly Kedward, comenzó a hilvanar una serie de triquiñuelas para atraer a los niños del pueblo a su casa. Allí les extraía flujo sanguíneo que, al parecer, iba a usar luego en rituales de hechicería. Los pequeños acusaron a la anciana con sus padres, quienes con la ayuda de los demás habitantes, tomaron cartas en el asunto.
Como era de esperarse, Kedward fue acusada de brujería. En respuesta a las leyes de Blair, la imputada fue condenada al destierro. Los investigadores afirman que la mujer fue llevada a las afueras del valle, donde la ataron y la amordazaron.
En ese lugar, padeciendo las calamidades que el duro invierno le proveía, Elly Kedward fue dada por muerta, consintiendo que si no había fallecido por inanición, era muy probable que algún animal se surtiera de las carnes de la mensajera de satanás.
Pero los ejecutores no contaban con lo que sucedería poco tiempo después de aquella aberrada e inhumana decisión. Dejada la mujer a su suerte en una carretilla en medio del bosque, la gente regreso a su rutina. Se dice que menos de un año después del exilio obligado, comenzaron a contarse hechos misteriosos, especialmente en aquellos quienes fueron parte de la ejecución.
Las primeras desapariciones
Corría el año de 1786. Durante aquella vuelta de calendario se contabiliza la primera desaparición adjudicada a Kedward. La persona en cuestión resultó ser la hija del magistrado de la ciudad, hombre quien había llevado la batuta durante la condena de la supuesta bruja.
Un par de semanas después fue el mismo magistrado quien desaparecería sin razón aparente, tras una incursión de rutina en los bosques del condado. Y así poco a poco se fueron sumando las desapariciones, con la notoria curiosidad de que los desaparecidos habían obrado personalmente en la ejecución de la condena de la mujer.
Es particularmente curioso que no haya sido quemada, siendo esta la práctica más común en las culturas que erradicaban cualquier avistamiento de brujería.
Por otra parte, y en apego a la leyenda, parece ser que sí existía alguna mala intención por parte de Kedward, pues las desapariciones no se resumieron únicamente a aquellos que la condenaron, sino que una cantidad grosera de niños comenzaron a esfumarse sin motivo aparente.
Hay quienes afirman que más del 50% de los niños que vivían en Blair desaparecieron. Ante toda esta calamidad, los habitantes decidieron abandonar el pueblo, asentándose en ciudades circunvecinas en busca de la paz que alguna vez disfrutaron.
Burkittsville: el nuevo asentamiento
Al parecer, en 1809, se publicó un libro que daba cuenta de lo sucedido con la bruja. El manuscrito se titulaba “El culto de la Bruja de Blair”. Allí aparecen narrados los sucesos inexplicables que ocurrieron tras la expulsión de Kedward. Sin embargo, del libro no se tienen pruebas, más que las anécdotas que han pasado a formar parte del mito gracias al rumor constante entre los habitantes.
Pero en 1824, un compendio de personas que llevaba algunos meses buscando donde asentarse, llegó a las tierras donde en algún momento se erigió Blair, pueblo que tras la nueva ordenanza pasaría a llamarse Burkittsville.
Algunos consideran el bosque de Burkittsville como uno de los más tenebrosos del mundo
Debido a las circunstancias en las que los nuevos colonos llegaron a estas tierras, nadie conocía lo que allí había sucedido. Pero no pasó mucho tiempo para que fuesen testigos de las cosas extrañas que sucedían en sus alrededores. Al año de haberse hecho la nueva fundación, algunos pobladores comenzaron a alarmarse por sospechar el avistamiento de una mano que sobresalía, algunas veces, del Tappy East, el principal afluente de agua del pueblo.
Cien años después
Los fundadores de Burkittsville no padecieron de tantas desapariciones como sus predecesores. Antes de finalizar el siglo XIX se cuentan pocos hechos extraños relacionados con la bruja, entre los que destacan la desaparición de Eileen Treacle, una menor de solo 10 años de edad. También se une a la lista una pequeña de 8 años, de quien no se tiene registro oficial, aunque se suma entre las víctimas de la bruja. No sería sino hasta mediados del siglo XX que surgirían nuevos acontecimientos como estos, pero con matices diferentes.
Al parecer los pocos hombres que fueron encontrados colgaban de una construcción de palos y sogas, donde habían sido torturados y destripados
En la década del 40 desaparecieron 7 niños en la comunidad de Burkittsville. Las autoridades dieron especial seguimiento al hecho, pues tenían sobre sí toda la presión del estado de Maryland. Las investigaciones arrojaron como principal sospechoso a Rustin Parr, un hombre que vivía en una destartalada cabaña en el bosque. Cuando la policía hizo acto de presencia en el lugar, ya los niños habían sido asesinados y enterrados en el patio trasero de la casa. Parr fue condenado a muerte sin vacilaciones.
Los niños habían sido destripados y se cree que sus órganos fueron usados como utilería en algún ritual satánico. En sus últimas palabras frente a la horca, Parr confesó sus crímenes, pero no sin antes jurar que él solo seguía órdenes de una anciana que le hablaba en la cabeza, siendo la verdadera culpable de todo lo que él había hecho.