A través de los tiempos ha estado presente la imagen mitológica clásica de las amazonas, ese grupo de aguerridas mujeres que se cree habitaban en una isla donde los hombres no eran permitidos. A pesar de que la existencia de estas mujeres no ha sido corroborada de forma contundente sobre una base histórica, muchas personas mantienen su creencia en ellas. De hecho, han sido encontradas diversas esculturas de la antigüedad que representan a las amazonas.
Las amazonas comenzaron a figurar en el panorama en los relatos mitológicos griegos. En ellos, usualmente las guerreras tienen un rol antagónico ante los héroes y demuestran una gran valentía, fiereza, así como toda la destreza en combate que podía tener un hombre. Según los mitos llegaron a enfrentarse con Aquiles y con Hércules. Esto desafiaba los cánones establecidos, pues recordemos que la guerra era un ámbito prácticamente reservado para los hombres.
Acaso el carácter irreverente de ese grupo de mujeres que desafió los estereotipos de género sea uno de los elementos que ha contribuido a perpetuar el mito de las amazonas. Distintos historiadores señalan que, en un principio, las amazonas se situaban en Sarmacia y posteriormente en Asia Menor. Las ubicaciones fueron variando con el pasar del tiempo e incluso se señaló la presencia de amazonas en América del Sur, tras la llegada de los españoles al continente.
La mitología griega
Los escritos y los historiadores sitúan a las amazonas en distintas ubicaciones a través del tiempo. Entre ellas se incluye el mar Negro, Temiscira, Escitia y Terma, siendo en esta última donde establecieron un reino independiente que gobernaba la reina amazona Hipólita. Se cree que las guerreras iban expandiendo sus dominios y habían fundado numerosas ciudades como Esmirna, Éfeso, Sinope y Pafos. Fueron llamadas Andróctonas por Heródoto, lo cual significa asesinas de varones.
Algunas variantes del mito afirman que en los dominios de las amazonas no podían residir los hombres y menos aún ir para mantener relaciones sexuales con las mujeres. No obstante, para propagar su raza y evitar la extinción, una vez al año las amazonas copulaban con los gargarios, habitantes de una tribu cercana. Como resultado, muchas de ellas quedaban encintas y podían mantenerse alejadas de los hombres por un año más.
Cuando nacían varones eran sacrificados, enviados a vivir con sus padres o abandonados a su suerte. Los pocos que las amazonas conservaban eran castrados y amputados, pasando a formar parte de la servidumbre. Las niñas eran consideradas superiores y por ello, sus madres las criaban y las entrenaban en las artes de la caza y de la guerra.
Los trabajos de Hércules
Uno de los 12 trabajos impuestos por Euristeo a Hércules, los cuales incluían arriesgadas misiones, era conseguir el cinturón de Hipólita, la reina amazona. Para cumplir su objetivo, Hércules fue acompañado por Teseo y éste raptó a Antíope, la hermana de la reina para intercambiarla por el cinturón. Esto desencadenó una batalla desenfrenada entre los atenienses y las amazonas, que figura en diversas amazonomaquias.
El enfrentamiento a Aquiles
Durante la épica Guerra de Troya, las amazonas tuvieron una breve participación que es reseñada por diversos autores, entre los que figuran Homero y Virgilio. Guiadas por la reina Pentesilea, las mujeres guerreras desafiaron a Aquiles y a su ejército aqueo, peleando con valentía. Aunque combatieron con fiereza, Aquiles derrotó a Pentesilea y las amazonas se vieron obligadas a emprender la retirada.
Las amazonomaquias
La amazonomaquia hace referencia al combate de las amazonas. Se trata de un tema recurrente en la antigüedad griega y romana. Existen múltiples representaciones de luchas entre las mujeres guerreras y los griegos sobre cerámicas, monumentos, bajorrelieves y sarcófagos, que dan fe de la relevancia que tenían las amazonas en la antigüedad.
Las amazonomaquias incluyen representaciones de Teseo, que habría capturado a la reina amazona Hipólita, hija del dios de la guerra Ares. También de Aquiles, cuando venció a Pentesilea en Troya y del mismísimo Hércules llevando a cabo sus 12 trabajos. Los monumentos más famosos donde figuran las amazonas son los siguientes:
- El templo de Apolo en Eretria.
- El Tesoro de los atenienses en Delfos.
- El Templo de Apolo Epicurio de Bassae.
- El Mausoleo de Halicarnaso.
- El Altar de Zeus de Pérgamo.
Amazonas relevantes en la mitología
- Ainia, una de las 12 amazonas que lucharon junto a Pentesilea a la Guerra de Troya.
- Antianira, reina que ordenó castrar y mutilar a muchos de sus siervos.
- Antíope, reina amazona que fue raptada por Teseo durante los combates con Hércules.
- Esmirna, amazona que fundó Éfeso.
- Hipólita, la reina amazona que poseía un cinturón mágico, herencia de su padre Ares.
- Lampedo, reina amazona.
- Lisipe, reina amazona que fundó Temiscira.
- Marpesia, reina amazona.
- Melanipa o Menalipe, hermana de Hipólita secuestrada por Hércules.
- Mirina, reina amazona que conquistó el territorio de los atlantes y derrotó al ejército de las Gorgonas.
- Oritía, reina amazona.
- Otrera, quien en unión con el dios de la guerra Ares, concibió a Hipólita y Pentesilea.
- Pantariste que combatió las tropas de Heracles.
- Pentesilea, reina amazona participó en la Guerra de Troya e inventó el hacha de guerra.
- Pitane, fundadora de una ciudad homónima en Eólida.
- Priene, a quien se atribuye la fundación de una ciudad homónima en Asia Menor.
- Talestris o Talestria, reina de las amazonas que mantuvo encuentros amorosos con Alejandro Magno.
Según los historiadores de la antigüedad, las tumbas de las amazonas célebres se podían encontrar en distintas zonas del mundo griego, donde se les rendía un importante culto heroico por parte de la población. También había en toda Grecia una gran cantidad de estatuas, altares y monumentos a las amazonas, en donde se ofrecían múltiples sacrificios y tributos en honor de las remarcables guerreras.
Las amazonas en América del Sur
Para los siglos XV y XVI, cuando estaban en auge las expediciones hacia América, los exploradores europeos hicieron referencia a la existencia de amazonas en los nuevos territorios. Esto indicaría que no sólo se limitaron a vivir en Asia y Europa. Cristóbal Colón, en su diario de viajes, apuntó que los nativos hablaban sobre la isla de Matinino, la cual estaba poblada de mujeres que una vez al año se reproducían con hombres vecinos y sólo conservaban a las niñas que nacían.
Por su parte, Hernán Cortés, afirmó que en territorio mexicano existía una isla poblada exclusivamente por mujeres que poseían grandes riquezas. Al parecer sólo se reproducían ocasionalmente y se deshacían de los varones que daban a luz sin ningún tipo de apego por su prole masculina. Posteriormente, el sacerdote Gaspar de Carvajal afirmó que fue atacado por mujeres guerreras durante una expedición. En honor a ellas se nombró el río donde tuvo lugar el ataque como “Amazonas”.
El corsario inglés Sir Walter Raleigh, uno de los principales exploradores del territorio americano, también hizo mención a las amazonas al referir el descubrimiento de Guyana. Según Raleigh, los nativos afirmaban que eran muy sanguinarias y que sólo se juntaban con hombres durante el mes de abril con el fin de reproducirse. Hasta nuestros días, las amazonas pueden rastrearse hasta distintas zonas y épocas, pero su existencia no se ha podido confirmar ni refutar.
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