La catástrofe de Chernobyl fue el accidente nuclear que ocurrió en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, apenas a tres kilómetros de la ciudad de Pripyat, actual Ucrania, un sábado 26 de abril de 1986. Está considerado (junto al accidente nuclear de Fukushima I en Japón de 2011) como el más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares. Constituye uno de los mayores desastres medioambientales de la historia, pero también se cree que estamos ante un hecho del que no se ha hablado con la verdad.
Este accidente se cobró la vida inicialmente de 31 personas y muchas más en años posteriores. El suceso, provocó el derramamiento de material radiactivo en toda la Unión Soviética Occidental y Europa, por lo que las autoridades despejarían la región de sus habitantes, lo que representaba aproximadamente siete millones de personas.
Existen dos cosas que aún no quedan totalmente claras. La primera, que tiene como fuente el documental The Russian Woodpecker, señala que este accidente se pudo haber tratado de una tesis macabra. Se dice que supuestamente fue provocado. Inducido por un alto cargo del Politburó soviético para tapar otro tipo de desastre. ¿Qué locura, no?
“Olvida lo que te han contado, porque aquello fue un ‘inside job’ mal calculado que acabó saliéndose de madre”, dice Fedor Alexandrovich, un ciudadano que para la época del accidente tenía 4 años. Como todos los niños ucranianos de las ciudades cercanas a la planta nuclear, fue evacuado, separado de sus padres y trasladado temporalmente a un orfanato a cientos de kilómetros de su hogar. Aquella experiencia le marcó para siempre…
Hoy en día, aún existen muchos problemas de salud relacionados con Chernóbil que repercuten en la zona.
Entre tantas cosas que desencadenó la tragedia, se puede nombrar una epidemia infantil de cáncer de tiroides. Pero no todo se quedó en problemas de salud. Existen historias, fotografías y casos que muestran como a raíz de todo el material radioactivo que se derramó en la zona, han emergido seres y figuras extrañas a los que llamaremos “mutantes”.
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La radiación
Zona de radiación del complejo nuclear
Posteriormente al accidente, se desarrolló un proceso de descontaminación, contención y mitigación. En total fueron 600.000 las personas que participaron en zonas circulantes al lugar del accidente. Los lugares cercanos se aislaron en un área de 30 kilómetros de radio alrededor de la central nuclear, conocida como zona de alienación. Aún sigue vigente.
Más de 1000 personas recibieron grandes dosis de radiación durante el primer día después del accidente. En total, se calcula que fueron 600.000 las que recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al hecho. Hoy en día no existen trabajos concluyentes sobre la incidencia verdadera, y no teórica, de este accidente.
Inmediatamente después del accidente, se construyó una especie de sarcófago, para aislar el interior del exterior. Este se ha visto degradado en el tiempo por diferentes fenómenos naturales, por lo que corre riesgo de desplomarse.
Seres mutantes de Chernobyl
Animales que Mutaron
Pripyat es para los investigadores de actividades y sucesos paranormales uno de los lugares más interesantes del universo. Expertos en la materia de radiación opinan que los fenómenos paranormales tienen una relación directa. Otros insisten en que la radiación es un derivado de la actividad paranormal. Un tercer grupo expresa que las partículas radiactivas actúan como combustible para el más allá.
La llamada zona de exclusión, está fuertemente custodiada por el ejército ucraniano. Aunque podríamos estar hablando de una leyenda, un rumor, o de una exageración, se dice que algunas personas que sobrevivieron a la radiación, mutaron y ahora se dedican a atacar a los militares que vigilan la zona del reactor, y a cualquier persona que se atreva a aventurarse.
Otra de las historias famosas, la cuentan descendientes de los que allí murieron, o incluso algunos supervivientes que suelen ir a la zona de la catástrofe, a llevar flores o a rezar por sus seres queridos. Y, según relatan los testimonios, ha habido avistamientos, de una especie de espíritus, con la forma de sus familiares, convertidos en una especie de bolas de energía. Han sido varios, los que han reportado este hecho.
Antes de la explosión del reactor muchas personas señalan que vieron al llamado “Pájaro Negro de Chernobyl»
”. Es una gran criatura con características semejante a un hombre sin cabeza. Tiene parecido al conocido “Monthman” que se vio antes del desastre en el Point Pleasant, en Virginia Occidental.
¿Es Chernóbil un mito lucrativo?
Algunas versiones se plantean la pregunta si es Chernóbil un mito lucrativo. Para el portal Mitos y Fraudes si lo es. La razón seria: 1) el dinero, 2) el dinero y 3) el dinero.
Según el portal, Ucrania y Bielorrusia arrastraron consigo una pesada deuda desde la disolución de la antigua Unión Soviética. Las autoridades Soviéticas otorgaron pensiones y privilegios sociales a unos 600.000 ciudadanos que fueron considerados víctimas de la explosión nuclear. Al día de hoy, se habla de unas 3 millones de personas que están clasificadas para recibir algún tipo de subsidio con la razón de «un permanente detrimento de la salud causado por la radiación de Chernóbil.»
Ningún político podría quitar esos beneficios, ya que tendría un alto costo político y popular. Hasta el 2015, en la económicamente mal Bielorrusia, los «pagos de alivio de Chernobyl», como se les llama a estos beneficios, suman 86.000 millones de dólares. A esto se deben agregar los costos de los arreglos de seguridad para el reactor arruinado. ¿Sorprendente no?
Conclusión
Han pasado más de 30 años después del desastre de Chernobyl. Aunque parezca raro, seguimos sin tener la certeza de saber qué fue lo que pasó, lo que alimenta una cantidad de teorías relacionadas al hecho. Cuando se ha buscado respuestas, más allá de la versión oficial, no existe nada claro, no hay documentos oficiales sobre aquellas terroríficas semanas. O podemos decir que permanecen clasificados por el Gobierno ruso, destruidos o están desaparecidos.
Anatoly Dyatlov, ingeniero de la central de Chernóbil que fue condenado a 10 años de cárcel por lo que pasó, lo expone así en un documental «Si un accidente así ocurre, debemos aprender la lección para que no pase de nuevo. Pero a los especialistas se le prohíbe el acceso a los documentos que pudieran haber surgido de aquellas investigaciones».
Mientras no se aclare de manera convincente lo sucedido, seguirán existiendo y posiblemente, sepamos en cualquier momento la verdad del tema.