“Pasen, vean y disfruten, el museo Grevin abre sus puertas al público; todos se preparan, la gente se acerca, niños y adultos experimentan la magia de los sueños en las Pantomimas Luminosas de Emile Reynaud. Maravíllense con dibujos que cobran vida delante de sus ojos, si ¡dibujos con vida propia! Disfruten y formen parte de las aventuras de fascinantes personajes de lápiz y papel.”
Reynaud, logra lo insólito de la época
La proyección de una trama continúa y para un gran público es un evento nunca antes visto. Este hecho transcurre años antes de los hermanos Lumiere y su cinematógrafo. París, en una calle céntrica llena de comercios y cafés, en ciudad impregnada del arte de la época, se proyectan las Pantomimes Lumineuses, nombre con el que Émile Reynaud presenta las producciones animadas de uno de sus inventos el “teatro óptico”.
Siendo el 28 de octubre de 1892 en el Museo Grévin a orillas del rio Sena, Reynaud presenta un espectáculo de dibujos animados, donde se exhiben tres películas; Pauvre pierrot, Clown et ses chiens y Un bon bock. La proyección de una trama continúa para un gran público es un evento nunca antes visto. Este hecho transcurre años antes de los hermanos Lumiere y su cinematógrafo.
Claude Benoit Reynaud, dedicado al grabado de metales y la relojería, contrae matrimonio con la acuarelista Marie Caroline Bellanger de esta unión nace Charles Emile Reynaud un ocho de diciembre de, 1844 en Montreuil, Francia. Emile aprende de su Padre el fino arte de la relojería y la precisión de la mecánica y su Madre le enseña técnicas de dibujo y pintura.
A los catorce años, es aprendiz de un ingeniero de precisión también estudia con el escultor y fotógrafo Adam Salomón. Pronto prepara diapositivas fotográficas y dibujadas a mano, para las conferencias del abate Moigno. Todos sus mentores fomentan en Emile la afición y el amor por las ciencias y el arte.
Tras la muerte de su Padre, Emile y su madre abandonan Paris y se instalan al sur en el municipio de Puy-en-Velay donde continúa sus estudios en ingeniería. Emile vive la época de los “juguetes ópticos”, artefactos como el Taumatropo, el Zootropo o el Fenaquitoscopio que crean la ilusión de movimiento. Durante su estadía en aquel lugar diseña su propio juguete óptico.
En París crea su Praxinoscopio que patenta el 21 de diciembre de 1877. El sistema cuenta un cilindro con una banda de imágenes en el interior y un tambor central de espejos, a medida que el juguete giraba Los dibujos se mezclaban para dar una animación clara, brillante sin distorsiones y sin parpadeos.
Con Margueritte Rémiatte, su esposa, tiene a sus hijos, Paul y André. Emile continúa mejorando su invención, que es su objeto más preciado. Añade espejos, lámparas he idea las bandas perforadas, que en el futuro son mejoradas por la industria del cine. Así en diciembre de 1888 presenta su Théâtre Optique, un Praxinoscopio a gran escala destinado a la proyección pública.
Las animaciones se reflejan en un escenario teatral en miniatura que sirve de fondo donde actúan sus personajes. Las imágenes proyectan en sus ‘Pantomimes Lumineuses’ (payasos, malabaristas, perros amaestrados, arlequines y mas) pertenecen al universo del teatro de feria, en sus primeras presentaciones cautivan al público. Es en esta época donde llega a Francia su artefacto rival el cinematógrafo de los Lumiere.
Reynaud no dejaría que el público lo abandone, realiza experimentos para mejorar su técnica de presentación; Pero las producciones del Cinematógrafo, más rápidas de realizar y de bajo coste, finalmente ganan la batalla y el último espectáculo del teatro óptico tuvo lugar el 28 de febrero de 1900, en el mismo Museo que le dio acogida. Emile intenta revivir su magia e Invierte tiempo y dinero en renovar su invención, su obsesión lo aleja de su familia y lo aparta de la realidad.
En 1907 presenta su último invento el stéréo-cinéma, un Praxinoscopio donde las animaciones consiguen un efecto de tres dimensiones. Esto no resultó ser rentable y su único ejemplar hoy se mantiene en el Museo de artes y oficios de Paris.
Los recuerdos de sus viejas glorias y el abandono en el que se encuentra lo sumergen en una profunda depresión. Bajo este estado, una noche de 1910, Emile destroza sus aparatos, y junto a sus miles de dibujos, los arroja al rio Sena. Olvidado por el mundo se interna en un hospicio, donde pasa el último año de su vida, entre personas enfermas y trastornadas.
Charles Émile Reynaud muere el nueve de enero de 1918 sumido en la miseria y devorado por su propia locura. Más de un siglo los sueños e inventos de Reynaud, la historia le da un lugar como Padre del Cine de Animación, un merecido reconocimiento a su genialidad. El 28 de octubre, fecha de la primera proyección pública de su invento, se festeja alrededor del mundo el Día Internacional de la Animación, en honor al entrañable Reynaud, inventor de sueño, fantasía, que paradójicamente, puede ser evocada en la realidad.