Estamos rodeados de mentes brillantes, como lo es Stephen Hawking. Cada día, un nuevo descubrimiento nos paraliza y nos invita a pensar ¿Cómo es posible que el intelecto humano sea capaz de ingeniarse tantas maravillas? Caminamos por calles rodeados de superestructuras, nos movilizamos en automóviles que triplican la velocidad con la que nos transportamos de un lugar a otro, pero, aun así, el universo sigue representando la más grande de nuestras interrogantes ¿qué hay más allá del universo observable? ¿De qué están hechas las estrellas? ¿Hay un solo universo?
La física, ciencia que con una serie de leyes se encarga de explicar fenómenos naturales, ha intentado incansablemente descubrir los más grandes misterios, no solo del planeta tierra, sino, de todo lo que lo rodea. Esta disciplina se ha tropezado con brillantes mentes como la de Albert Einstein, Isaac Newton y, un hombre cuya mente y estado físico no deja de cautivar al mundo, Stephen Hawking.
La asombrosa mente de Stephen Hawking no ha dejado de deslumbrar al mundo, no sólo por sus grandes descubrimientos acerca de la complejidad de las leyes que rigen el universo, sino que, además, este hombre de 73 años de edad sufre de una terrible enfermedad que no le permite moverse o articular palabras. La superación de ese gran obstáculo que ha representado su inmovilidad lo ha convertido en un ejemplo a seguir. Incluso, muy pocos se atreven a poner en duda el título que se le otorgó como: “el hombre más inteligente de la tierra”.
Los grandes descubrimientos de S. Hawking
Entre los descubrimientos de Stephen Hawking, los más innovadores ocurrieron alrededor de los agujeros negros. Estos cuerpos astronómicos eran conocidos por absorber cualquier tipo de energía que se encontraba cerca de su órbita. Sin embargo, el ingenio de Stephen logró descifrar que, además de estar colapsados de estrellas e ingerir hasta la luz, estos cuerpos no son completamente negros. Dado a que los hoyos negros también permiten que escape ciertas cantidades de radiación, dentro de ellos hay varios tipos de iluminaciones.
Este aporte innovador, hecho por el físico inglés en 1974, cambió la manera en la que la comunidad científica percibía el universo. Una singularidad es el momento en el que se rompen las leyes de la física. Stephen siguió adelante con esta investigación y aportó muchísimas otras singularidades que sus colegas no habían podido resolver. Ni siquiera el escepticismo que mostraba la comunidad científica sobre este hallazgo lo detuvo.
En 1960, Stephen Hawking se aventuró en una investigación con Roger Penrose demostrando a la incrédula comunidad científica que las singularidades en los hoyos negros ocurrían más de lo que se creía. Y además, Hawking llegó a la conclusión de que si los agujeros negros tenían dentro tanta actividad, puede que el universo también fuese resultado de una singularidad similar y, de esta manera, reafirmó la teoría del bing bang, en donde el mundo es la consecuencia de una serie de cambios en las unidades subatómicas que lo conforman.
Stephen Hawking, se debate entre la vida y la muerte
Escena de la película biográfica «La teoría del todo»
Stephen Hawking, nacido el 8 de Enero de 1842, fue un niño como cualquier otro. A pesar de ser muy buen estudiante, no resaltó durante su educación. Sus intereses principales eran la termodinámica, mecánica cuántica y la relatividad, por lo cual optó por estudiar física en la Universidad de Oxford. Curiosamente, durante su estadía en esta institución nada le parecía interesante, motivo por el cual se inscribió en clases de remo afirmando que era una distracción. Aun así su desempeño como estudiante dejaba mucho que desear.
En 1962, comenzó su doctorado en la Universidad de Cambridge. Fue entonces cuando los primeros síntomas de la enfermedad llamada esclerosis lateral amiotrófica (ELA) aparecieron por primera vez. Esto no lo detuvo y con ayuda de su tutor continuó sus estudios. Sin embargo, cuando le diagnosticaron la enfermedad, los doctores le informaron que solo tenía dos años de vida como resultado de la degeneración muscular que causaba el padecimiento. Stephen vivía sus días como si fueran los últimos, creyó que no viviría más allá de los 25.
Sorprendentemente, Hawking logró rebasar las estadísticas que le daban fin a su vida. Y durante su enfermedad jamás dejó de lado sus investigaciones. El cerebro no sería afectado por la terrible enfermedad. Sin embargo, en 1985 sufrió una crisis en la cual perdió su voz como consecuencia de una traqueotomía. Desde entonces, usa una silla de ruedas computarizada que, a través de un complejo sistema, le permite escribir y transmitir sus pensamientos, e incluso, sus libros han sido redactados de esta manera.
Compleja y difícil vida amorosa del genio de la física
Cuando Stephen Hawking fue diagnosticado con la terrible enfermedad que lo conduciría a una silla de ruedas, no se encontraba totalmente solo. Para ese entonces este conocido físico compartía su vida amorosa con Jane Hawking, quien actualmente es doctora en filología Hispana. Ambos compartían una verdadera historia de amor que fue llevada a la gran pantalla con la película “la teoría del todo”, basada en los escritos de Jane donde revela los detalles de su extensa relación con Stephen.
El matrimonio de Jane y Stephen Hawking tuvo como resultado tres hijos. Tristemente, a los 25 años de casados, el reconocido físico ingles decidió abandonar a su esposa y comenzar una nueva relación con su enfermera. Aunque Hawking intentó mantener su segunda relación en los límites de la privacidad, los rumores de que Elaine Manson lo maltrataba se han propagado hasta la actualidad. Varios testigos que trabajaban en el hogar afirmaron que el científico era víctima de maltratos físicos y psicológicos por parte de su segunda esposa.
Los abusos de Elaine
Sus hijos quisieron detener los abusos de Elaine, e incluso, colocaron una denuncia policial. La familia Hawking no pensaba soportar los ataques de los que era víctima su padre. Sin embargo, para sorpresa de sus hijos, Hawking, que ya había sido hospitalizado varias veces por causa de la violencia, se negó a colaborar con las investigaciones policiales. Aunque, dos años después, en el 2006, ambos decidieron firmar los papeles del divorcio.
Desde entonces, Stephen se dedica a sus hijos e investigaciones científicas. Cada día, afirma vivirlo como si fuera el último. Y es que, ciertamente, la delicada enfermedad no permite una extensa garantía de vida. Por lo cual, a sus 73 años de edad, cada mañana se levanta con un nuevo plan que hará de su día uno maravilloso. Aun cuando su actividad consista en aplicar complicadas ecuaciones para determinar quién será el equipo triunfador en la copa Mundial de futbol, su finalidad es vivir cada día como si fuera el último de su existencia.