Existen destinos turísticos en este mundo que inspiran sensaciones de aventura, tranquilidad y romance; pero también existen los que, a pesar de su belleza o fama entre turistas, más bien inspiran miedo y una mezcla de curiosidad y respeto por lo desconocido. La llamada “piscina del diablo” es uno de estos escenarios, que bajo la apariencia de su belleza y esplendor natural, ha sido testigo de historias de males ancestrales y horrores modernos.
En este tipo de lugares que parecieran tener vida propia, casi se puede sentir el anhelo de fuerzas extrañas por atraer víctimas a su perdición. Pero ¿qué clase de energía puede impregnar un lugar hasta convertirlo en una zona inhóspita para los intrusos? Normalmente cuando se dice que un lugar esta “maldito” solo hay dos opciones: espíritus vengativos o hechicería antigua.
Más allá del paisaje de la piscina del diablo
La piscina del diablo
A lo largo de la autopista Bruce, a 60 km al sur de Cairns, en el norte de Queensland, Australia, tres arroyos se precipitan desde lo alto del monte Bartle Frere. Serpentean a través de la selva virgen y convergen entre algunas rocas grandes cerca de una ciudad llamada Babinda, formando una piscina de unos 50 metros de profundidad.
Lo que ha llegado a ser conocido como los cantos rodados de Babinda son famosos por las aguas cristalinas de sus arroyos y su característica pintoresca belleza natural que atrae multitudes de turistas al lugar cada año.
Sin embargo, lo que muchos de los fotógrafos, campistas, excursionistas y nadadores que frecuentan el pacífico lugar, suelen ignorar, es que el sitio tiene otro apodo muy intrigante: “La piscina del diablo”. El espacio ha sido temido por los aborígenes de la región durante siglos, quizá con razón, ya que es un lugar lleno de muerte, energías negativas y que tiene una muy oscura reputación.
La leyenda de Oolana
Baile tradicional de la tribu Yidinji
Los nativos de la zona han evitado durante mucho tiempo la piscina natural aparentemente inofensiva debido a una leyenda aborigen particularmente trágica. Según la oscura historia, una vez una mujer joven y hermosa de la tribu Yidinji llamada Oolana se casó con un respetado anciano tribal llamado Waroonoo. Pero luego la joven conoció a un hombre joven y guapo de otra tribu e inició una relación adúltera que la llevó a huir hacia el desierto con su amante.
Desafortunadamente para ella, Waroonoo era un hombre poderoso dentro de su tribu, y envió varios grupos de búsqueda para cazar a la pareja y poner fin a su adulterio. Cuando finalmente fueron rodeados y separados en los cantos rodados de Babinda, se dice que Oolana se arrojó al agua y prefirió ahogarse en vez de enfrentarse a una vida sombría sin su verdadero amor. De acuerdo a la leyenda, su espíritu nunca abandonó el lugar y sigue rondando esas aguas, buscando atraer a hombres jóvenes a una tumba submarina.
Esta leyenda se ha hecho notoria por el hecho de que, a lo largo de los años, un gran número de jóvenes ha muerto misteriosamente en el lugar, y desde 1959 por lo menos 17 personas se han ahogado bajo circunstancias decididamente extrañas.
Muerte y confusión en el paraíso
En muchos casos se dice que las víctimas son sujetadas y arrastradas hacia el fondo del agua por una fuerza invisible. Según reportes, el lugar es particularmente agresivo hacia los hombres y aquellos que irrespetan la piscina de alguna manera. Como por ejemplo, un joven que visitaba el área y dio una patada a una de las señales, luego se resbaló, cayó en una zona profunda de la piscina y se ahogó.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: JHON TITOR, EL PROFETA VIAJERO DEL TIEMPO
Otras muertes fueron más misteriosas, como la de Peter McGann, de 24 años, quien en 1979 subía una roca, saltó una pequeña brecha y se resbaló cayendo al agua, después de lo cual simplemente desapareció sin dejar rastro. Se necesitaron varios equipos de buzos durante 5 semanas para finalmente encontrar su cuerpo alojado en la oscuridad en el fondo de la piscina. Una placa fue puesta en el lugar en su memoria, con la siguiente leyenda: “Oremos por el alma de Pat McGann. Él vino de visita y se quedó para siempre”.
Otro caso fue el de una pareja joven que fue arrastrada por una inundación repentina en el sitio mientras observaban la vista, la mujer sobrevivió, pero el hombre nunca apareció. Tal vez el relato más reciente y dramático de una muerte en la piscina del diablo es la del marinero de Tasmania James Bennett de 23 años, quien había estado explorando la zona con algunos amigos en 2010.
Manos invisibles en la piscina del diablo
El grupo había saltado una valla de seguridad para sentarse al borde de una de las piscinas naturales conocida localmente como la “lavadora”. Según uno de los amigos de James, él joven había estado nadando en una zona tranquila cuando de repente y fue halado violentamente hacia atrás por una “una mano invisible”, que parecía arrastrarlo de vuelta hacia una sección de aguas revueltas al fondo de la piscina.
James alcanzó a agarrar una rama, que se rompió, después de lo cual su cabeza se hundió bajo el agua y sólo la punta de sus dedos sobresalían de la superficie mientras él luchaba con una fuerza invisible para tomar aire. El joven luchaba mientras sus amigos trataban de acercarse y ofrecerle ramas e incluso sus piernas para que se sujetara, pero sus intentos fueron en vano y James terminó hundiéndose en las profundidades.
No sería hasta 3 días más tarde que el cuerpo de James Bennett se encontraría flotando en una sección más tranquila de la corriente. La mayor parte del área de “la lavadora” está ahora cerrada, aunque la localidad constantemente atrae a visitantes curiosos.
Estos trágicos incidentes son tan abundantes que la zona está rodeada de numerosas vallas y señales de alerta establecidas a lo largo de los años para denotar los lugares que son seguros para nadar. ¿Por qué tantas personas se han ahogado repentinamente en estas piscinas en su mayoría de aguas calmadas? la respuesta depende en gran medida de a quién se le pregunte.
La versión oficial vs. La leyenda
Señales de advertencia para visitantes de La piscina del diablo
Los oficiales de policía dicen que todo se debe a las corrientes de agua, las inundaciones repentinas, o a los flujos indomables de aguas que se agitan por la disposición natural de la corriente y las rocas que rodean el lugar. Esto, según ellos, explica la sensación de ser halado por la corriente, pues la fuerza del agua azota al individuo contra las rocas o bajo troncos hundidos, ahogándolos de una manera que posiblemente podría ser interpretada como una especie de fuerza misteriosa e invisible.
La alta oxigenación del agua tampoco favorece a los nadadores, y todo esto hace que las condiciones en las zonas fuera de límites sean difíciles incluso para los nadadores más experimentados. De hecho, incluso los buceadores que han entrado en la piscina para buscar los cuerpos se han encontrado con condiciones desgarradoras, a pesar de que por su seguridad suelen estar atados a rocas en tierra con una cuerda.
Sin embargo, otros apuntan al hecho de que no todas estas muertes fueron resultado de nadar en el lugar. Algunas víctimas simplemente resbalaron y cayeron al agua sin ninguna razón aparente, y todas las víctimas son masculinas; hombres jóvenes, para ser exactos.
Se dice que esto es evidencia de que tal vez la leyenda aborigen acerca de la piscina es verdadera, al menos hasta cierto punto. Además, hay muchos reportes de turistas que han escuchado la voz de una mujer lamentándose por las noches e incluso fotografías de ojos fantasmagóricos, rostros y otras imágenes inexplicables que acechan debajo del agua.
El rostro de la mujer en el agua
Una mujer tomó la siguiente fotografía del lugar en el 2008 en la que afirma haber capturado el rostro amenazante de una mujer que, muchos aseguran es la propia Oolana.
¿Puedes ver el rostro de la mujer?
La “piscina del diablo” es un lugar en el que el mito se entrelaza con historias modernas de fantasmas y extrañas muertes, lo que hace difícil separar realmente lo que es real y lo que es leyenda. Tantas desapariciones y muertes le han otorgado al lugar una atmósfera lúgubre y desconcertante, pero a pesar de esto sigue atrayendo turistas y curiosos de lo paranormal.
Probablemente Oolana descansa en el fondo de la piscina, esperando el más mínimo error para envolver a más víctimas en sus amorosos brazos mortales bajo el agua.