Actualmente, ninguna cultura está exonerada a contagiarse con otras manifestaciones de origen diferente. No hay tradición o religión que pueda considerarse purista. El contacto entre personas de valores distintos predispone el mestizaje de ideas y creencias. Este fenómeno cultural es cada vez más fuerte, gracias a la facilidad para viajar por todo el mundo o las posibilidades que ofrece internet, el cual puede conectar a personas en cualquier lugar. Todo indica que, poco a poco, la humanidad se suma a un amplio estado globalizado.
La supervivencia del culto pagano
En la Edad Media, a partir de la difusión de la palabra de Cristo, el movimiento conocido como cristianismo se convirtió en la raíz principal de la cultura occidental. El Papa, los cardenales, sacerdotes y misioneros enseñaban a los hombres comunes los valores de Jesucristo. Gracias a esto, muchas religiones ajenas al cristianismo se vieron afectadas si se practicaban clandestinamente.
Este cuadro de William Adolphe Bouguereau resucita el tema pagano adaptado a los valores estéticos y culturales del cristianismo, religión predominante en el mundo
A raíz de estas manifestaciones encubiertas, se crearon falsos rumores de cultos que fueron considerados malignos u oscuros. El cristianismo, susceptible a perder a sus feligreses, persiguió arduamente los ritos que no siguieran sus lineamientos, es decir, aquellos que alababan a otros dioses que no fueran Jehová o Cristo. En consecuencia, muchas culturas se vieron calumniadas y erradicadas.
La supervivencia de otros cultos diferentes al cristianismo se debe a la resistencia de sus fieles practicantes
Sin embargo, no desaparecieron del todo. De hecho, registros de manifestaciones paganas han sobrevivido debido a que pasaron por debajo del cristianismo. En la historia occidental hay evidencia de algunos textos griegos que fueron rescatados sin querer por los sacerdotes cristianos de la Edad Media porque, para entonces, la producción de papel era demasiado costosa y no le vieron utilidad a esos archivos tan antiguos.
También se sabe que los practicantes paganos tuvieron que adaptar sus ritos clandestinos a los tradicionales cristianos. Para poder realizar sus fiestas, introdujeron sus figuras sagradas y sus oraciones en las celebraciones aceptadas por la iglesia cristiana, tal es el caso de la santería o de cultos aún más misteriosos y cerrados como el de la Santa Sara Kali.
Sara la negra
Cuenta la leyenda que tras la muerte de Jesucristo, todos sus seguidores tuvieron que esconderse haciéndose ermitaños en los desiertos y las montañas, o, en casos más graves, escapar de Palestina. La situación era tan delicada que cualquiera que pregonara la palabra de Dios se le castigaba con la muerte. Pese a la feroz persecución, muchos misioneros sobrevivieron y lograron fundar más tarde lo que conocemos ahora como Iglesia.
Entre los discípulos de Jesucristo, se encontraban los hermanos Marta y Lázaro, María Magdalena, María Salomé y María de Cleofás. Según una de las versiones de la historia, Sara era la esclava de estas últimas y las acompañó fielmente en el viaje de huida hacia el sur de Francia, específicamente a Aix-en-Provence.
Representación de Sara. -Isidre Nonell, 1904
Sara era una muchacha de piel negra que llamaba mucho la atención. Con tal de ganar algo de dinero para sus amas, tuvo que salir a la calle a pedir limosna. Muy pronto el pueblo gitano la identificó, puesto que tenía fama de ser muy buena. Debido a esto, fue considerada una santa pagana y se le rindió culto como patrona de los gitanos.
También se cuenta que Sara viajaba en un barco pequeño con sus amas y los discípulos de Cristo. De repente, las olas comenzaron a tambalear la embarcación. El mal clima y la terrible incertidumbre de la noche amenazaban el naufragio. Sara se quitó el velo de la cabeza y con gran convicción gritó a los cielos. Oró fervorosamente y dijo que, si todos se salvaban, ella sería esclava de Dios para siempre. Su velo se endureció, convirtiéndose en una balsa provisional que acogió a los navegantes.
La embarcación de los seguidores de Cristo se habría hundido de no ser por Sara Kali
El culto a Sara Kali: misterios paganos y cristianos
Otra posible historia de Sara Kali se remonta en los primeros años después de Cristo. Sara la negra era una hermosa gitana que vivía en un pueblo en la ribera del río Ródano, Francia. Se decía que Sara tenía dotes para la magia y la hechicería. Una noche, mientras dormía, tuvo una visión: alguien fuera de este mundo le dijo que debía ayudar a aquellos que habían visto la muerte del Señor.
En efecto, días después Sara y su pueblo vieron llegar una embarcación sin remos ni provisiones a punto de hundirse. Ella los rescató usando su velo como barca y los recibió en su hogar, aunque no compartían creencias religiosas. Su bondad y valentía la convirtieron en una santa pagana.
Culto a Sara Kali
El velo se convirtió en una prenda importante para el culto a Sara Kali. Según la tradición gitana, las mujeres casadas deben usar velo en su honor y consagrarse a ella cuando tengan problemas de fertilidad. Para los gitanos, una mujer infértil equivale a una maldición de los dioses, esto se debe a que culturalmente los hijos son considerados como amuletos de suerte en el pueblo. Si no se puede concebir es porque la desgracia está cerca.
Para honrar a Sara Kali, las mujeres prometen visitarla en una caverna en Saintes-Maries-de-La-Mer, un pueblo francés donde, según la leyenda, vivió Sara. Adicionalmente, le obsequian velos vistosos con tal de ganarse sus favores. En el mundo gitano, si se quiere pedir la mano de una mujer, se le debe regalar el velo más hermoso del pueblo. En sus misterios, el velo representa la prenda más importante y determina el destino del matrimonio.
Los altares a Sara Kali están adornados con grandes ramos de flores coloridas
Entre lo prohibido y lo lícito
Muy pronto, la Iglesia y la tradición cristiana se enteraron del culto clandestino a Sara Kali. Aunque no se conoció su veneración sino hasta el siglo XIX, se le atribuye ser no una esclava, sino la hija ilegítima de Jesucristo con María Magdalena, rumor que escandalizó a los altos poderes de la Iglesia y que desmintieron a través de la Biblia.
La presión social por averiguar la verdad sobre Sara Kali llevó al cristianismo a tolerar su culto en los pueblos de Francia donde se acostumbraba nombrarla. Actualmente, circula en las redes un supuesto evangelio según Sara que, hasta el sol de hoy, los interesados siguen investigando. Esta historia fue la inspiración de Dan Brown para su saga “El código Da Vinci”. Sara Kali, la santa gitana que es apenas admitida en el dogma cristiano, se ha convertido en uno de los grandes misterios religiosos de la historia occidental.