La historia de Nueva Orleans está llena de bellezas y maravillas, pero pocas tan inmortales como Madame LaLaurie. Esta dama fue una socialité de Luisiana cuyo nombre completo era Delphine Macarty. Aunque estuvo casada tres veces, adquirió el apellido que la haría legendaria tras su unión con el Dr. Leonard Louis Nicolas LaLaurie.

En 1831, la pareja compró una propiedad en el número 1140 de la calle Royal a nombre de Delphine, y menos de un año después, el terreno había sido transformado en una mansión de tres pisos con cuartos anexos para sus esclavos. El lugar fue decorado de manera extraordinaria, platos de oro y pinturas de artistas destacados adornaban las paredes, e incluso el periódico New Orleans Bee describió el mobiliario de la casa como «exquisito y de la más alta y costosa calidad”.

Lo que nadie esperaba era que la mansión se convirtiera en el lugar más embrujado de Nueva Orleans debido a la cantidad de horrores que presenciaron sus paredes y de los que Madame LaLaurie fue responsable.

APARIENCIAS ENGAÑOSAS

Marie Delphine Maccarthy

Marie Delphine Maccarthy

LaLaurie era una figura central en la elite de Nueva Orleans, era conocida por sus frecuentes fiestas de cócteles, bailes privados y lujosas galas. Celebrada por ser graciosa, cautivadora y salvajemente bella, fue una de las mujeres más destacadas en la sociedad de Nueva Orleans en su tiempo.

Madame LaLaurie era tan hospitalaria que sus invitados se hacían de la vista gorda cuando observaban el estado «singularmente desgarbado y miserable» de los esclavos de la mansión. De hecho, algunos la vieron golpeando a sus propias hijas cuando intentaban alimentar a los hambrientos criados.

Aunque era educada con sus esclavos en público, incluso liberando a dos, Jean Louis en 1819 y Devince en 1832, en la ciudad circulaban rumores sobre su naturaleza cruel y su extremo maltrato con los sirvientes.

Un abogado local fue enviado a 1140 Royal Street para investigar la situación, pero no encontró evidencias de maltrato.

LA MUERTE DE LIA

1140 de la Calle Royal

1140 de la Calle Royal

Luego ocurrió un incidente de innegable crueldad. Lia, una esclava de doce años, estaba cepillando el cabello de Delphine cuando se encontró con un nudo y jaló el cabello de su dueña sin intención. Enfurecida, Delphine persiguió a la niña por toda la casa con un látigo, subió a través de las galerías y hacia el tejado, donde, con su enojada dueña sobre sus talones, la muchacha corrió por el borde, cayendo directo a su muerte. LaLaurie arrojó su cuerpo en un pozo.

Varios testigos informaron del incidente y se emprendió otra investigación en la casa, terminando ésta con una condena por crueldad ilegal y una orden de confiscación de nueve esclavos. LaLaurie hizo que su familia y amigos compraran a sus esclavos y luego se los revendieran, de esta manera Delphine logró readquirirlos a todos. Sin embargo, la verdadera naturaleza de la mansión LaLaurie pronto se revelaría.

EL INCENDIO DE LA MANSIÓN

El incendio de la mansión

El incendio de la mansión

Conducida al suicidio por el abuso de LaLaurie, la cocinera de 70 años, que estaba demacrada, y a pesar de estar encadenada a la estufa, prendió fuego a la mansión el 10 de abril de 1834. Mientras las llamas se extendían, una multitud se reunió para ayudar a LaLaurie y a sus huéspedes a escapar de la hoguera. LaLaurie, por su parte, se apresuraba en salvar sus abrigos, joyas y posesiones del fuego. La multitud empezó a preguntarse, ¿por qué sus sirvientes no la ayudaban?

Mientras el humo consumía los niveles superiores, se oían gritos y gemidos desde la calle, y un grupo de más de una docena de hombres se formó para ayudar a salir a los esclavos, que claramente habían sido encerrados. Delphine se negó rotundamente a entregar las llaves, así que ellos se abrieron camino a través de la casa en llamas hasta la puerta del ático, pateándola para liberar a los sirvientes atrapados. Pero jamás pudieron haber anticipado lo que encontrarían detrás de la puerta.

EL DESCUBRIMIENTO

diabólicas atrocidades cometidas por la mujer LaLaurie”

Artículo describiendo “El descubrimiento de las bárbaras y diabólicas atrocidades cometidas por la mujer LaLaurie”

La habitación olía a muerte, y muchos vomitaban al entrar. Sin embargo, incluso más horrible que los esclavos muertos encadenados a las paredes eran los que aún, a duras penas, vivían. Varios hombres mutilados en lo que parecían experimentos médicos, estaban atados a las mesas, otros estaban acurrucados en pequeñas jaulas.

Una  mujer había sido convertida  en un “cangrejo humano”, pues sus brazos y piernas habían sido fracturados y desviados en ángulos extraños. Los brazos de una mujer habían sido amputados y su piel arrancada en forma de espiral aun colgaba de ella. A algunos les arrancaron los ojos, las uñas e incluso los intestinos.

Varios miembros, órganos y cabezas cortadas estaban esparcidos por toda la habitación; muchas de las caras de los muertos habían sido desfiguradas grotescamente y habían hecho agujeros en los cráneos, donde se había insertado un palo para agitar los cerebros.

A medida que se corría la voz de los horrores descubiertos, los que habían estado ayudando comenzaron a formar una multitud, pidiendo la muerte de LaLaurie por linchamiento. Pero antes que nadie actuara, LaLaurie saltó a su carruaje y escapó de la escena para no volver más nunca a Nueva Orleans.

EL CIRCO DE LOS SOBREVIVIENTES

 Madame LaLaurie en el Museo de Cera de Nueva Orleans

Madame LaLaurie en el Museo de Cera de Nueva Orleans

Aquellos esclavos que sobrevivieron fueron puestos a la vista del público en la cárcel local, donde un total de 4.000 personas llegó para observarlos y «convencerse de sus sufrimientos.»

Tras una investigación posterior se descubrieron múltiples cuerpos enterrados en los terrenos de la mansión.

¿QUÉ OCURRIÓ CON DELPHINE?

La placa con el epitafio

La placa con el epitafio: “Madame LaLaurie, de soltera Marie Delphine Maccarthy, murió en París el 7 de diciembre de 1842, a la edad de 6-«

El resto de la vida de Madame LaLaurie no está bien documentada. Se cree que pasó el resto de sus días en Francia. Sin embargo, una placa con un epitafio declarando su muerte se encontró en Nueva Orleans en 1873.

Hoy en día, la casa sigue en pie. A lo largo de los años ha sido una escuela, un conservatorio de música, un refugio para jóvenes delincuentes, un bar, una tienda de muebles y un lujoso edificio de apartamentos. Sin embargo, quienes han pasado por el lugar coinciden en una cosa: el lugar está embrujado.

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